2-0. Monólogo rojo

Ibiza

El CD Ibiza sigue exhibiendo poderío y enlazando victorias en la segunda vuelta del campeonato. El Llosetense no ha sido rival en el partido jugado en Can Misses. Los locales han sido muy superiores y solo la falta de puntería en algunas ocasiones, el exceso de invidualismo en otras y la precipitación en los metros finales ha evitado un resultado mucho más contundente.

El conjunto de Antonio Racero, que ha tenido que ver el partido desde la grada por sanción, ha salido al galope. En el primer cuarto de hora ya había dispuesto de tres claras ocasiones para adelantarse en el marcador. Primero ha sido Álvaro, tras robar un balón en la frontal quien se ha plantado solo ante el portero José que ha desbaratado la acción.  Después ha sido Ortiz con un remate inocente desde el punto de penalti y posteriormente una gran acción de Devesa por la derecha no la ha sabido culminar Adrián Ramos a puerta vacia.

Tras el arreón inicial, los locales han bajado el pistón y aunque seguían siendo dueños absolutos del balón  el juego se ha ralentizado y la circulación  demasiada lenta. Falta de intensidad que ha sabido agradecer el Llosetense, que se limitaba a acumular futbolistas detrás de la pelota y que no ha pasado grandes agobios hasta el final de la primera parte.

Racero ha buscado más claridad en la creación, dando entrada tras el descanso a Melo y también más desborde por la banda izquierda con la incorporación de Manu Torres.  Aunque nada más comenzar el segundo tiempo los visitantes han  tenido una clara ocasión en las botas de Bernat, que ha rematado alto con todo a su favor, lo que ha llegado después han sido un festival de ocasiones de los ibicencos.  Primero Adrián Ramos no acertó entre los tres palos cuando había driblado al portero tras un gran pase de Terán. Ramos remataba minutos después al palo en un lanzamiento de esquina. Un defensa sacaba bajo palos un cabezazo de Tarrés en otro córner. Terán pecaba de invidualista en dos remates desde la frontal cuando tenía compañeros en mejor posición para culminar la acción. Parecía una misión imposible perforar la portería rival

Pero ya se sabe que tantas veces va el cántaro a la fuente que el gol tenía que llegar. Una buena maniobra de Melo desde la banda derecha culminó en un centro que despejó mal el portero José. Ortiz aprovechó el regado y su disparo mordido pegó en un defensa y se introdujo en la portería. Había costado 66 minutos y un carrusel de oportunidades llegar al gol.

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El tanto de la tranquilidad llegaría poco después tras un claro penalti a Manu Torres que definió con maestría desde los once metros el goleador Terán.

Victoria plácida, con minutos buenos y otros de sesteo y la sensación de superiordad ante todos sus rivales que no abandona a los ibicencos. Que pase el siguiente.