Templum libri, toda la vida en letra y color

León

La fortaleza ponferradina es el trono de los rituales del placer de la lectura y de la contemplación de compendios repletos de saber con arte. Un centenar de facsímiles, envueltos en música y luz, copan dos de los salones palaciegos dentro del castillo. La temática religiosa congrega ejemplares únicos de biblias, apocalipsis o los Beatos de Liébana. Pasamos el Pons Ferrata, con la ayuda del Codex Calixtinus (facsímil gemelo del que se muestra en la catedral de Santiago, tras el robo del original), y aparecen el resto de manuscritos y obra de imprenta, soberbios en su contenido, forma y diseño, y revelando la magnitud de las ciencias y las humanidades a través de la cartografía, la alquimia, la medicina, la gastronomía y un largo etcétera de disciplinas. Aquí, se unen el Quijote y Dalí o San Juan de la Cruz con Chillida. Además, la biblioteca templaria añade otros 1.500 ejemplares, entre los que hay originales que son consultados por estudiosos y devotos, y que han sido reconocidos Memoria del Mundo por la UNESCO.

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Este magnífico conjunto artístico muy difícil de igualar, es visible porque Antonio Ovalle García, enamorado de los libros, decidió depositar en el castillo de Ponferrada sus obras, auténticas joyas, para compartirlas con quien desee conocerlas. Él también explica la exposición, dirige los contenidos que han de destacarse cada mes y aspira a completar un proyecto que comenzó en 2010 y que aún debe ampliar esta colaboración con el Ayuntamiento de Ponferrada. La diversidad y el arte que define los libros catalogados, recomienda la visita a cualquier persona, que, sin lugar a duda, se sorprenderá en grado sumo. Por cierto, a partir del 16 de marzo están invitados, también, a la muestra sobre las mujeres creadoras y pensadoras a través de la colección Templum libri.