¡Qué poca elegancia, doña Silvia!
La Firma de Maribel Campos
"¡Qué poca elegancia, doña Silvia!", la Firma de Maribel Campos
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Palencia
Vaya por delante que nunca he conocido a Silvia Clemente. He podido coincidir con ella en diferentes actos institucionales, pero nunca hemos tenido un contacto cercano, por lo que nunca me atrevería a criticar una decisión personal, como es la de abandonar las filas del Partido Popular y renunciar a su cargo de presidenta de las Cortes de Castilla y León.
Cada uno es libre de tomar sus propias decisiones, desde luego, pero lo que no comparto son las formas con las que Silvia Clemente ha decidido hacer público su abandono de la militancia del Partido Popular.
Le ha faltado elegancia, no cabe duda. Cuando uno entra en política y se pone al servicio de un partido, debe también saber cuándo dar un paso atrás. Estamos cansados de oír a los políticos cuando se les pregunta por su futuro, que ellos están a disposición del partido. Y así debe ser, pero de verdad. Del mismo modo que todo político debe reivindicarse ante sus compañeros y ante la dirección de su partido para que cuenten con él, también debe ser inteligente para reconocer los signos de que su tiempo ha terminado o toca pasar a una posición más de segundo plano.
Y cuando llega este momento, se debe ser elegante. Hay que dar un paso atrás de forma discreta, aunque duela internamente, y más, cuando se han alcanzado las cotas de poder tan elevadas como las que ha disfrutado Silvia Clemente.
Creo sinceramente que antes de salir a la opinión pública disparando de una forma tan poco elegante como lo ha hecho la Sra. Clemente, quizá debería haber reflexionado sobre el grado de responsabilidad que ella misma tiene en su alejamiento de la dirección del Partido Popular regional, con la que hace solo unos meses estaba tan unida.
La impresión que tengo es que Silvia Clemente no ha visto cumplidas sus aspiraciones políticas de llegar todavía más alto. Y sus últimos movimientos de acercamiento a Ciudadanos, que ha autorizado incluso su participación en las primarias para encabezar la candidatura de la formación naranja a la presidencia de la Junta, no hacen más que confirmar esa teoría.
¡Qué poca elegancia, doña Silvia, y cuánta ambición personal. Políticos como usted no son de fiar!