0-0. Decepción y destitución
Andrés Palop deja de ser entrenador de la UD Ibiza tras el empate en El Ejido
Ibiza
Andrés Palop dejó de ser anoche entrenador de la UD Ibiza. El club lo hacía oficial pocas horas después de un decepcionante empate ante El Ejido 2012, tras un partido insulso, que dejó demasiadas dudas y volvió a evidenciar las carencias del equipo a la hora de generar ocasiones ante el marco contrario. Los aficionados se las prometían muy felices con todos los refuerzos del mercado de invierno, que invitaban a pensar en un plus ofensivo. La realidad es que en los tres últimos desplazamientos, Badajoz, Huelva y ayer en tierras almerienses ha sido incapaz de marcar un gol y lo que resulta mucho más preocupante, apenas ha rematado a la portería contraria. Solo en tierras extremeñas gozó de una clara oportunidad con un penalti que Cirio estrelló en el travesaño. La mente no tiene guardada otra acción trenzada más con marchamo de gol en esos tres partidos. Y la última victoria fuera de Can Misses llegó gracias a una pena máxima.
Con un balance tan pobre ya se sabe lo que marca la ley del fútbol. Palop era destituido junto con su cuerpo técnico, con agradecimiento por los servicios prestados. El ya extécnico llegó en septiembre pasado, tras la destitución de Antonio Méndez que había iniciado la temporada, pero que solo duró cinco partidos. Un guión que se repite con demasiada frecuencia. Por segunda temporada consecutiva, la UD tendrá al menos tres inquilinos diferentes en su banquillo. Cuesta creer que las carencias del equipo tengan siempre el mismo responsable, pero no siempre la paciencia es la madre de la ciencia.
El resultado final ayer fue el fiel reflejo de lo que se vio en el terreno de juego, porque ambos equipos hicieron muy poco para conseguir un premio mayor, a pesar de que ambos necesitaban la victoria con objetivos bien diferentes.
La UD parece buscar su identidad cuando debería tener claro su estilo de juego y sobre todo la forma de generar peligro y de para plasmar en el campo todo el potencial que se le supone a la plantilla. Cada semana se prueban cosas nuevas, se cambian cosas, pero el problema es que no se está en el mes de septiembre y los puntos empiezan a necesitarse con una cierta urgencia, si se quiere aspirar de verdad a una de las cuatro primeras posiciones. Claro que el ya exentrenador podrá decir que tuvo que volver a empezar a ensamblar las piezas con tanto movimiento en el mercado invernal.
El empate ante el Ejido deja a los ibicencos a ocho puntos de las plazas de ‘play-off’. No hay nada perdido a falta de doce jornadas, pero en la vida hay que aprender a no ilusionarse antes de tiempo.
Esta vez el experimento fue jugar sin extremo derecho y apostar por otro 9 en el ataque. Chavero, tras dos semanas en el banquillo fue titular, desplazando a Cirio a la banda, mientras que Jordi Sánchez salió por primera vez en el once inicial, dejando a Rodado en el banquillo. Fueron las dos variantes en relación a la pasada jornada.
El partido empezó con el Ejido empujando, sin que el Ibiza consiguiera adueñarse de la pelota. No había juego en el medio campo, algo que empieza a ser una constante, porque el doble pivote defensivo no se toca en la zona ancha. Así que durante el primer cuarto de hora, el balón y la UD no hicieron buenas migas. Lo mejor era que el dominio del equipo andaluz resultaba inoperante, sin peligro y demostrando porque acumula una racha tan larga sin conocer la victoria.
Poco a poco se equilibró el juego, pero sin fluidez. Dar cuatro pases seguidos era una heroicidad y la salida limpia de balón una misión imposible. No había pausa, ni un cerebro capaz de ordenar tanto desbarajuste. La estrategia pasaba por llegar al área rival con balones largos, pases en profundidad que nunca encontraban destinatario. Los hombres de ataque del Ibiza son náufragos en una isla esperando compañía, el balón, que nunca llega.
El primer remate del partido llego los 22 minutos. Fue un cabezazo de Javilillo, uno de los más incisivos del bando local, que no encontró portería.
Pasaba el tiempo, pero no pasaba nada, ni se pisaban las áreas. Nadie era capaz de poner un poco de orden, no sé veían detalles individuales de calidad, ni desequilibrio alguno, ni por dentro, con alguna triangulación, ni por fuera, porque el Ibiza no encontraba la forma de buscar la verticalidad por las bandas. Todo se quedaba en un trasteo insulso e inofensivo.
Así que los sufridos 1.235 espectadores que se acercaron a Santo Domingo aguantaron estoicamente la primera parte, pero debieron celebrar el descanso y debieron pensar que se divertirían algo más tras el paso por los vestuarios. El resumen de 45 minutos no invitaba al optimismo. El Ibiza había sido incapaz de generar una sola ocasión de gol en toda la primera parte. Todo su caudal ofensivo se limitó a una acción de Giner con centro que no tuvo rematador y otra maniobra de Cirio que quedó en nada. Demasiado poco cuando solo valía ganar.
La UD salió presionando algo más más arriba en la segunda parte y dio la sensación de que quería coger las riendas del encuentro. El primer remate visitante entre los tres palos fue de Jordi Sánchez, pero su disparo inocente no creó problemas a Aulestia. Tuvieron que pasar 54 minutos para ver una intervención del portero local. Lo peor es que no tuvo que volver a intervenir en toda la segunda parte, porque no hubo más noticias de ataques ibicencos.
A los jugadores de la UD no se les puede reprochar falta de entrega y tampoco pasaron problemas en defensa, pero no mejoraron nada en su juego con balón y en los intentos de generar peligro, así que Palop volvió a mover el árbol con dos cambios. Rodado y Provencio entraban en el campo sustituyendo a Núñez y a un Chavero que sigue sin encontrar la forma y el nivel de la primera vuelta del campeonato, aunque tampoco ayuda mucho la propuesta futbolística del equipo.
El Ibiza buscaba más control y más presencia en ataque con dos delanteros, pero el guión del choque apenas varió. Palop volvió a corregir el sistema quitando a uno de los delanteros, Jordi, para dar entrada a un extremo, Perdomo.
Quedaba un cuarto de hora para intentar buscar el triunfo, pero en el campo no se vio esa necesidad imperiosa de ganar, los cambios no generaron más mordiente en ataque, no se generó una sola ocasión clara y esto es lo que resulta difícil de entender.
El partido no dio para más y el punto sabe a poco. Pasan las jornadas y sigue sin verse más caudal atacante del equipo ibicenco, a pesar de todo el fondo de armario que se ha adquirido en enero. Habrá que ver si con nuevo técnico la cosa cambia y qué perfil se busca ahora. Aunque a veces sería conveniente no ilusionar con palabras si esto no se plasma antes en el césped.
Joan Tur
Redactor Radio Ibiza SER y jefe de SER Deportivos Ibiza. Desde la década de los 90 en la cadena. ...