Detenido un estafador que se hacía pasar por miembro de la Agencia antidroga de EEUU
Para engañar a sus víctimas mostaba armas de fuego y documentación falsa como un carnet de la DEA
Sevilla
La Policía Nacional ha detenido en Sevilla a un estafador que actuaba en la capital y pueblos limítrofes y que para conseguir sus propósitos se hacía pasar por agente encubierto de distintas agencias policiales extranjeras como la DEA norteamericana o la Policía Nacional de Perú. A tal fin hacía ostentación de documentación falsificada y dos armas de fuego cortas para así conseguir engañar a sus víctimas.
La investigación se inicia gracias a la denuncia interpuesta por un familiar de una de las víctimas. Una vez realizadas las primeras gestiones de investigación se pudo comprobar como el detenido había hecho de estas estafas continuadas en el tiempo su modo de vida.
Primera fase
El patrón de actuación en todos los casos consistía en establecer una estrategia dividida en fases, que repite en todas sus víctimas:
1. Primeramente, localiza a su posible víctima, la seleccionaba entre amistades de personas que ya conocía - que también creían que era un agente encubierto-, para que así la víctima tuviera una referencia positiva y de confianza del ahora detenido. Lo hacía en localidades próximas a su lugar de residencia.
2. Una vez establecido un primer contacto se presenta como agente de distintas corporaciones, algunas reales y otras ficticias (DEA estadounidense, Policía Nacional de Perú, Fiscalía Internacional), mostraba documentación acreditativa de su pertenencia a tales organizaciones (falsificada por él mismo) y exhibía dos armas de fuego cortas.
3. En su última fase, formar parte de su círculo íntimo, llegando a establecer un alto grado de amistad con las víctimas y su entorno, y, en algunos casos, incluso mantuvo relaciones sentimentales con personas de la familia, obteniendo de esta manera una gran cantidad de información personal.
Segunda fase
Una vez llegado a este punto de amistad, intentaba averiguar algún problema que hubiese tenido la víctima con un tercero, empezando aquí la segunda parte de estrategia:
1. Aprovechando toda esta información, el ahora detenido, se hacía pasar por un grupo “mafioso” compuesto por rumanos, sudamericanos o vecinos de las “3.000”, todos ellos supuestamente contratados por la personas con los que la víctima había tenido dicho enfrentamiento.
2. Para tal fin y conseguir más datos de carácter íntimo, llegó a hackear la cuenta de una conocida red social de una de sus víctimas.
3. Para hacer más real las amenazas, colocó en la puerta de los domicilios botellas con disolvente y elementos de pirotecnia y realizó pintadas intimidatorias y amenazantes, llegando a detonar dos artefactos pirotécnicos, simulando disparos de armas de fuego, para así incrementar el miedo y el estrés en su víctima.
Tercera fase
Ya creada esta situación de pánico se presentaba como el “solucionador” de los problemas al ser un “experimentado agente policial”. Es en ese momento cuando les facilita como posible solución que le entreguen una gran cantidad de dinero para comprar droga - alrededor de diez mil euros por víctima-, implicar en un negocio de tráfico de estupefacientes a los extorsionadores ficticios y así bajo su condición de agente policial, poder detenerlos y expulsarlos del país o extraditarlos gracias a un acuerdo con la DEA. Una vez explotada la víctima el detenido dice haber conseguido la expulsión del país de los “extorsionadores” y así cesaban las amenazas.
Detenido cuando intentaba abandonar el país
El operativo policial en torno a esta persona R.V.D., de 40 años de edad y origen cubano y nacionalidad española, culminó a finales del mes pasado, cuando los agentes le localizaron a bordo de su vehículo con todas sus pertenencias, mientras intentaba abandonar el país.
Hasta el momento los agentes han podido constatar que el ahora detenido llegó a estafar a cuatro familias un total de más de 32.000 euros, no descartándose nuevas denuncias por estos hechos.
Al detenido se le imputan los delitos de amenazas graves, estafa, falsedad documental, usurpación de funciones públicas, contra la seguridad vial, tenencia ilícita de armas y descubrimiento y revelación de secretos, ya pasó a disposición de la Autoridad Judicial, quien decretó una orden de alejamiento sobre todas sus víctimas y retirada del pasaporte ante el riesgo de fuga.
Esta investigación y operativo policial lo ha llevado a cabo el Grupo de Atracos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla.