La oposición pide a Marqués que cumpla con el Plan General en el futuro uso del termalismo
Esta semana se han iniciado las obras de demolición de los dos edificios que conforman el Termalismo de Benicàssim, después de que los técnicos del consistorio constataran su estado ruinoso
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El termalismo cerró sus puertas en 1992 y durante los últimos años se ha especulado con la construcción de un hotel o incluso de un Casino / Javier Quesada
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Benicàssim
Los grupos de la oposición en Benicàssim piden al equipo de gobierno que lidera la popular Susana Marqués que cumpla con los requisitos urbanísticos del Plan General a la hora de decidir el futuro uso que tendrá el termalismo. El edificio ha comenzado a demolerse después más de 20 años sin uso.
Esta semana se han iniciado las obras de demolición de los dos edificios que conforman el Termalismo de Benicàssim, después de que los técnicos del consistorio constataran su estado ruinoso y la Junta de Gobierno del Ayuntamiento aprobara en diciembre su demolición. Los trabajos están previstos que concluyan en marzo.
Los grupos de la oposición, Partido Socialista, Compromís y Ara Benicàssim, han mostrado su preocupación sobre qué pasará después de su demolición y confían en que se apueste por darle un uso relacionado con la salud, como estaba orientado el Termalismo cuando estaba en marcha. Fuentes del consistorio han asegurado que contemplan abordar una modificación parcial del Plan General de Ordenación Urbana para permitir, que en los terrenos donde actualmente está ubicado el Termalismo, se puedan llevar a cabo proyectos que no estén relacionados con el mundo sanitario.
El portavoz socialista en el consistorio, Miguel Alcalde, asegura que hoy por hoy el suelo está calificado como dotacional sanitario y advierte que en caso de que se haga cualquier modificación del Plan General, estarán vigilantes para que se cumpla la ley. Lo mismo piensan desde Compromís. Su portavoz, Joan Bonet, confía en que respeten lo que dice el Plan General y cree que impulsar un proyecto turístico enfocado desde el mundo de la salud sería una gran decisión que contribuiría al crecimiento de la economía local.
Desde la formación Ara Benicàssim, el portavoz en el Ayuntamiento, Manolo Begués, asegura estar expectante por el futuro proyecto que se emprenderá en el lugar que hasta ahora ocupaba el Termalismo y celebra que se haya empezado ya con la demolición porque su estado era "lamentable".
Los propietarios, que son tres familias, Farnós, de Castellón; Carpi, de Valencia y Forner, de origen francés, se van a hacer cargo del coste que asciende a cerca de 400.000 euros. El Termalismo está ubicado en un lugar privilegiado de Benicàssim. Cuando su uso estaba destinado al tratamiento sanitario llegó a tener 400 trabajadores. Cerró sus puertas en 1992 y durante los últimos años se ha especulado con la construcción en los terrenos de un hotel o incluso de un Casino.