Saber demasiado
Saro Díaz
Bilbao
Las niñas tristes saben demasiado, por eso no miran de frente, el descubrimiento de algunas turbias verdades hunde el frágil buque que es cualquier esperanza. El pintor de La niña triste parece conocer semejante realidad. Ahora la niña triste es otra distinta a la que ignoraba el daño gratuito que pueden infringir los demás. Cuando levante la cabeza y nos mire, nos acusará de no haber sabido cuidar el mundo, cuidarla a ella. Cuando levante la cabeza y nos mire, será también ella adulta.