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Crecimiento económico

El Gobierno Vasco no descarta rebajar las previsiones de crecimiento

La crisis del diésel sacudió con fuerza a la industria vasca de la automoción, en especial a la planta de Vitoria de Mercedes

MERCEDES VITORIA

Bilbao

El PIB de Euskadi creció un 2,8 % el año pasado e inició una "transición de un crecimiento sólido a otro más suave" debido en parte a la desaceleración de la industria, lastrada especialmente por el impacto de la crisis del diésel en la automoción, con la planta de Mercedes en Vitoria a la cabeza.

El avance de las cuentas de 2018 difundido este miércoles por el Instituto vasco de Estadística (Eustat) señala que la economía vasca creció una décima menos que en 2017 y cumplió de esta manera con la previsión de crecimiento del Gobierno Vasco (2,8 %).

El empleo aumentó por su parte un 2,1 % respecto al ejercicio anterior, lo que se tradujo en la creación de 19.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.

El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha considerado que cumplir con el crecimiento anunciado del 2,8 % es "una buena noticia" especialmente cuando países del entorno están revisando a la baja sus previsiones.

De cara a 2019 se mantiene la previsión de que el PIB subirá un 2,3 %, aunque el Ejecutivo no descarta "una pequeña revisión de una décima" (a la baja) en las próximas semanas por un contexto internacional repleto de "incertidumbres", que ya contribuyó a la ralentización registrada en 2018, ha explicado el viceconsejero de Economía, Alberto Alberdi.

Fueron -y son- cinco los focos de atención en el panorama internacional: las tensiones comerciales, la posibilidad de un brexit desordenado cuando no "caótico", el auge de los populismos en Europea, las "incertidumbres" en la economía china y las expectativas de cambio en las condiciones monetarias en un contexto en el que la economía tiene un nivel de endeudamiento superior incluso al de antes de la crisis.

Todos estos factores eran "previsibles" -ha apuntado Alberdi- no así la crisis del diésel, una "sorpresa" que sacudió con fuerza a la industria vasca de la automoción, en especial a Mercedes, la fábrica más grande de Euskadi con más de 5.000 trabajadores, que incluso ha programado paradas en su actividad por la caída de pedidos.

De hecho en 2018, y especialmente en el tramo final del ejercicio, la economía de Euskadi creció gracias principalmente al buen comportamiento de la construcción, del sector primario y, en menor medida, de los servicios; mientras que el sector industrial acentuó la desaceleración de los últimos trimestres.

El alza del PIB fue disminuyendo a medida que avanzó el ejercicio: en el primer trimestre subió un 3,1 % en comparación con el mismo periodo del año anterior, en el segundo trimestre un 2,9 %, en el tercero del 2,6 % y en el cuarto 2,4 %.

El viceconsejero también ha valorado que -a falta de los datos definitivos- Euskadi cerrará 2018 con un superávit del 0,2 %, lo que permitirá mantener el equilibrio presupuestario este año aunque el ritmo de crecimiento sea menor.

Alberdi ha puesto en valor asimismo que los salarios hayan empezado a subir y que los convenios firmados hasta noviembre de 2018 recogieran un alza media del 2,1 % (frente a un 1,2 % en el mismo periodo del año pasado), lo que supone que el conjunto de convenios en vigor en Euskadi contemplan un aumento salarial del 1,9 % (frente al 1 % del año pasado).

 
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