"No nos podemos permitir una sociedad sin memoria que banalice el exterminio"
Unas 120 personas han recordado en la 'Sinagoga del agua' de Úbeda a las víctimas del holocausto. Se ha mostrado preocupación por el ascenso de las fuerzas de ultraderecha que fomentan el racismo y el odio
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Campo de concentración / Google Maps
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Úbeda
El silencio ha sonado a varios metros bajo tierra para que la memoria no se pierda. Concretamente en la Sinagoga del Agua de Úbeda, setenta y cuatro años después de la liberación del campo de concentración de Auschwitz Birkenau, en Polonia, un 27 de Enero de 1945. Unas 120 personas, algunas llegadas de otros países, han asistido al acto en recuerdo de las víctimas del Holocausto.
“No nos podemos permitir una sociedad que desconozca la mayor barbarie; corremos el riesgo de banalizar el exterminio en el que murieron doce millones de personas”, ha dicho el Rabino de la comunidad Shema Sefarad de Madrid, familiar del preso 5473 que fue asesinado en ese campo.
La más joven, Thamara Fiorella, ha pedido que no se olvide la historia porque corremos el riesgo de repetir los errores que se han cometido. “Ahora tenemos un compromiso con el pasado para no comprometer el futuro”, ha asegurado Fiorella, que ha rechazado las acciones de los nazis y la pasividad internacional que permitió aquella barbarie.
Se ha alertado también de los riesgos de minimizar el negacionismo, de alterar la realidad desmereciendo el recuerdo y despreciando a las víctimas. Sheila Carmona, representante de la comunidad gitana que también fue discriminada, recluida, torturada y gaseada, ha expresado su miedo por el crecimiento “de algunas fuerzas políticas que representan el fanatismo, el odio y el racismo organizado. Recordemos que esto comenzó poco a poco, como está pasando ahora”. En eso ha coincidido el representante de la Fundación Internacional de Derechos Humanos, Luis Francisco Sánchez Cáceres que, además, ha defendido que nuestro mayor patrimonio es la diversidad. “Que difícil es luchar por la igualdad en los tiempos que corren”, ha lamentado tras apuntar que hay sombras que creíamos extinguidas y que quieren resurgir.
“Aunque parezca mentira, a 1 de cada 5 jóvenes alemanes de entre 18 y 34 años le preguntas y Auschwitz no les suena a nada”, ha asegurado el Rabino. Que el desconocimiento sobre cuestiones básicas de nuestra historia, como es el caso de lo que sucedió a millones de personas en los campos de concentración, alcance cotas como las actuales significa que los objetivos que se han marcado en diferentes ocasiones las Naciones Unidas no se han cumplido. El olvido es peligroso; Si es intencionado, mucho más.
El organizador del acto, Andrea Pezzini, ha dibujado el futuro ideal como un mundo “en el que las banderas solo se usen para unir; en que “lo primero” no sean las naciones sino las personas; en que se asuma el compromiso colectivo de usar las piedras para construir puentes y no para levantar muros”.
Aunque el aniversario de la liberación de Auschwitz se cumple el día 27; el acto se ha celebrado durante la tarde del 26 porque “para los judíos, al caer el sol, ya es un nuevo día”. La poesía contra la esclavitud infantil ha llenado esa estancia de la sinagoga en la voz de Jose Marquez. El violín de Sara Lea y las interpretaciones del grupo Arquitrabe y de Juan Diego Gonzalez han sonado en diferentes momentos. Entre ellos, durante el encendido de cinco velas por los 6 millones de judíos, los 3 millones de mujeres, los 5.500 españoles republicanos asesinados y los diferentes colectivos homosexuales, étnicos, religiosos o discapacitados que también fueron masacrados por los nazis en los campos de concentración.