Dos zarpazos le sirven al Sporting para subirse al penúltimo tren

Gijón

Quien pestañeó, se lo perdió. Quien llegó un poco tarde a El Molinón, también. Y quien se entretuvo en el baño o en la cantina al descanso, otra vez. Porque el Sporting resolvió el partido frente al Alcorcón en dos latigazos, a cual más tempranero. Esto es lo que se llama salir enchufado del vestuario. Si fue rápido el gol de Djurdjevic en la primera parte (45 segundos), el de Robin Lod en la segunda batió todos los registros: llegó a los 30 segundos de la reanudación. Con eso le bastó y le sobró al Sporting para ganar el partido frente a un rival muy blando. Porque salvo esos dos zarpazos, el equipo gijonés no tuvo más ocasiones. Máxima rentabilidad.

Era un partido peligroso. Había mucho en juego para el equipo rojiblanco. La diferencia entre ganar y perder el partido era monumental: de poner a tiro el playoff (cinco puntos) a abrir un abismo de dimensiones considerables (11 puntos más el golaverage). Por cuestión numérica no se podía afirmar que fuera el último tren para soñar con el playoff, pero había muchas posibilidades de descarrilar del objetivo de no haber sacado adelante el encuentro. Estando lejos, el objetivo está un poco más cerca gracias a este resultado.

El Sporting puso el partido de cara cuando no había transcurrido ni un minuto de partido. Un buen centro de Robin Lod fue brillantemente resuelto por Djurdjevic, que va mejorando su estadística. En uno de sus mejores partidos con la camiseta del Sporting, el serbio obtuvo el premio del gol por tercer partido consecutivo. La bajó con el pecho, se habilitó perfectamente el balón para chutar con la derecha y batir a Dani Jiménez. La defensa del Alcorcón, bien es cierto, colaboró en ese tanto y también en el segundo, en el que Bellvis tuvo demasiada puntería: un intento de despeje lo mandó al palo y el rebote lo aprovechó Robin Lod para sentenciar.

Fue una victoria fácil como pocas. El Sporting no necesitó nada más. Y menos mal, porque tampoco lo tuvo. Salvo un centro de Sousa que se paseó sin encontrar rematador, el equipo gijonés no protagonizó ni una ocasión de gol en toda la segunda mitad. En la primera tampoco, salvo un par de centros de Álvaro Jiménez, que empezó muchas cosas pero finalizó muy pocas.

Llamado a mejorar, y mucho, sus estadísticas con respecto a la primera vuelta, el Sporting ha empezado la segunda superando en dos puntos su propio registro. Por algo se empieza. El domingo tiene la oportunidad de batirse a sí mismo en cinco puntos. Aunque el Dépor lo pondrá, previsiblemente, algo más difícil que el Alcorcón.

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