Ofelia de Thomas Francis
Andrea Sinde González
Bilbao
Leo el libro que mi padre me ha dado, observando letras y palabras sin atender a significado alguno. No consigo concentrarme. Desearía que la vida fuera tan fácil como en las novelas.
Me detengo. Miro fijamente a mi amado, que se encuentra justo delante de mí. Él me observa y comienza a hablar. Sus duras palabras se clavan en mi corazón, partiéndolo en mil pedazos. Ojalá la vida estuviera escrita y pudiéramos cambiar el significado de nuestro destino.
Me voy de aquí, solo el aire fresco del arroyo podrá calmarme.