"La historia de Rosalía se ha desbordado. Actuaría con ella si fuera afín y emocionante"
Bilbao
La bailaora y coreógrafa está a horas de subirse al escenario del Teatro Arriaga de Bilbao. Recibe la llamada rodeada de bailaores y músicos. Un total de 15 personas que junto a ella defenderán su último espectáculo 'Una oda al tiempo', de nuevo arraigando tradición e innovación, esta vez en torno al paso del tiempo y del paso de la vida.
"¿Por qué no actuar con Rosalía?"
09:14
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En Hoy por Hoy Bilbao, María Pagés, sevillana y titular de la Compñía que desde 1990 lleva su nombre, nos interesa conocer su opinión sobre el arte flamenco, sí, sobre lo efímero y la eternidad, pero también sobre fenómenos musicales recientes que son nuevos y para la mayoría de la crítica flamento. A la pregunta si ella actuaría con Rosalía, María Pagés es tajante. "La historia de Rosalía se ha desbordado. Ya ha habido otras Rosalías antes". En la entrevista que aquí se puede recuperar, María subraya que si "hay afinidad y es emocionante el proyecto, por qué no."
Según el propio Teatro Arriaga, María Pagés interpreta Una oda al tiempo acompañada por un cuerpo de danza de cuatro bailaoras y cuatro bailaores, y siete excelentes músicos en directo. En esta pieza única, la artista continúa su diálogo permanente con la memoria del baile flamenco, que constituye en realidad su propia memoria. Así, con la experiencia profesional y vital acumulada, e incorporando reflexiones de Platón, Margaret Yourcenar, Jorge Luis Borges, John Cage, Octavio Paz, Heidegger, Marcel Duchamps… María Pagés exhibe con su habitual maestría su modo de ver y concebir el baile, la coreografía y el espectáculo flamencos.
Las coreografías de Una Oda al Tiempo recogen la esencia rítmica de cómo vivimosla experiencia temporal concretay emocionalmente, cómo afecta a nuestrossentimientos: el día, la noche, las estaciones,nuestra obsesión de medir, darforma al tiempo, sacralizar el instante,y buscar sin respuesta el sentido de la eternidad.
Los textos de El Arbi El Harti, han sido concebidas para mantener la intensidad narrativa desde el primer quejío de la primera escena hasta los últimos cantes de trilla y tonás, que cierran el círculo abriendo el invierno a la promesa de una primavera redentora. Soleá de Triana y de la Serneta, Seguiriya de los Puertos, Cantes de Trilla, Temporera, Toná, Alegrías de Córdoba, Peteneras, Levantica, Vidalita, Milonga, Alboreá… están presentes con fuerza y vigor.
La música, original en su totalidad, emana del trabajo transversal de la dirección y los músicos – guitarra, chelo, violín y percusión - y la escucha, interpretación e integración de los paradigmas musicales de Ígor Stravinski, Pyotr Ilyich Tchaikovsky, Bernard Hermann, Antonio Vivaldi y Georg Friedrich Härdel. Considerada como un personaje estructural esencial de la obra, la música constituye un hilo dramatúrgico que explora los nuevos lenguajes para alimentarse de ellos sin claudicaciones.