Nosotras no somos el problema
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Córdoba
Este año se cumple el centenario de la Bauhaus. El 1 de abril de 1919 se fundó la escuela de arte más importante del pasado siglo, un centro que instauró las bases de lo que conocemos hoy como diseño. La Bauhaus existió sólo catorce años, en los que cambió la historia del arte, desarrolló una pedagogía transversal entre asignaturas, anticipó experiencias artísticas como la performance, incorporó el arte al objeto doméstico e inventaron modernos productos asequibles en precio para la mayoría de la sociedad. Esta escuela existió sólo entre las dos guerras mundiales, durante la República de Weimar y fue cerrada por 200 policías nazis enviados por Hitler, a una escuela en la que en ese momento sólo dieciséis alumnos asistían a ella. Hoy, vivimos el mundo que ellos diseñaron.
No estaría mal pensar, cien años después, que a Hitler le votaron los alemanes democráticamente, que la gente común veía normal el trato que el nacionalsocialismo planteó para los judíos. ¿Cómo lo consiguieron? ¿Cómo lograron que el ciudadano común aceptara once millones de asesinatos? Pues fomentando el odio, publicando en periódicos que los judíos disfrutaban de café tranquilamente en los guetos mientras los alemanes se morían –literalmente- de hambre. Los nacionalismos y el miedo, los nacionalismos y las emociones. La porquería que encierra el nacionalismo, venga de donde venga. Es triste que, cien años después, esas mismas palpitaciones recorran Europa.
La historia es un muelle, y no está mal recordar que, por ejemplo, en nuestro país, la primera mujer que consiguió acceder a la universidad lo hizo en 1872; la primera manifestación encabezada por mujeres no se celebró hasta 1910, en Barcelona; que hasta 1960 no se aprobó la Ley de Derechos Políticos, Profesionales y Laborales de la Mujer. Las mujeres hemos tardado veinte siglos en poder ir a la universidad con normalidad, en poder votar, en tener propiedades a nuestro nombre, en tener sistemas de control de la natalidad, en obtener el derecho a elegir ser madre o no, en acceder libremente al sexo. En ser algo más que un útero que podía morir en los partos o las guardianas de la moral social en el hogar. Nosotras no somos el problema. Desde 2009, 621 mujeres han sido asesinadas en España. Dejen en paz a las más débiles, porque nos van a tener a todas con ellas. A pesar del riesgo en la manipulación política de estos actos, hoy saldremos a la calle para defenderlas, porque si tuviéramos que derogar todas las leyes de las que se pueden hacer un mal uso, nos quedábamos sin sistema judicial. Porque, al contrario que los hombres, sólo juntas somos fuertes.