... he ido al 'gym'
A Coruña
Antes de nada, feliz año que comienza, les deseo a todos un año lleno de retos y deseos gratificantes y que podamos abordarlos rotundamente, de frente, de manera franca, directa, inmediata, sin rodeos, sin tapujos ni preámbulos, sin evasivas, sin dar vueltas, sin divagar, ni ir mareando la perdiz, con contundencia, sin enrollarse, y, en definitiva, no como lo estoy haciendo yo ahora mismo.
Quiero hablarles del principal destino turístico de los españoles a principios de año: el gimnasio. Y sí, digo turístico porque muchos van allí a ver un poco lo que hay, consumen un poco y se acaban volviendo, pero dejando allí dinero. Sin embargo, yo nunca he ido al "gym".
Pues ayer, escuchando Hoy por Hoy, presté atención a los consejos de vida saludable que nos daba Miguel Sanjuan pero no me sentí muy apelado. Dijo que si podíamos, mejor subir escaleras en vez de pillar el ascensor, aunque claro, si vives en la Torre Hercón igual te tienen que dar una bombona de oxígeno. Dijo este especialista también que mejor ir a por el pan a pié que en coche, pues no me afecta mucho porque es que no soy de pan, y además el coche no me cabría dentro de la panadería, es un follón.
En fin, que al final me puse a informarme sobre de qué van los gimnasios, y parece ser que ahora es todo superfuturista, que ya no es correr en la cinta con tu música y tus casquitos y vía. Que ahora tienes, televisión, con Netflix, Youtube, navegador de Internet e incluso videojuegos. Cosa que hace plantearme si darme de baja de internet y darme de alta en el Gym.
Y no sé, es muy llamativo y todo pero apuesto por utilizar la inteligencia y usar una técnica infalible, la psicología inversa, así que este año me voy a proponer el no ir al gimnasio, y seguro que cuando pasen un par de semanas me canso de no ir, y acabo yendo. Es lo más probable.