Kirol
Aurelio Gutiérrez Cid
Bilbao
Soñaba. Despierto. Dormido. Le gustaría que su equipo metiera una chilena al Barça, al Real Madrid, al Sevilla… a todos, uno tras otro. Un jugador lo había logrado una vez contra un equipo italiano, y se hizo el silencio. Él, a sus cincuenta años, añoraba ese sueño de niño de diez años más que nada en el mundo. Un anhelo obsesivo, que le desvelaba y le hacía adormecerse al mismo tiempo, siempre insatisfecho, siempre esperanzado. Cuidado. El Cielo y el Infierno pueden parecerse demasiado. El tiempo pasa, y el Bello Durmiente, el hincha fuera de órbita, no ha despertado aún.