'La frontera olvidada'
Nuestra colaboradora comenta el repentino interés por la frontera de Gibraltar en estos últimos días
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Firma Rosario Pérez, "La frontera olvidada"
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Algeciras
Durante los últimos días, durante el último fin de semana, que el Reino Unido se vaya de la Unión Europea parece habernos tenido bastante preocupados... Especialmente en los telediarios, en las tertulias políticas de la tele, en los mítines de la campaña andaluza y, sobre todo, a pie de calle, en este olvidado sur del sur, a tan pocos kilómetros de esa frontera que miles de personas cruzan a diario, unos por gusto, y otros, los más de diez mil españoles que trabajan en Gibraltar, por pura necesidad.
Hasta cierto punto, toda esa preocupación resulta previsible y normal, aunque haya quien la exagere, la manipule o la distorsione para ganar votos, o para procurar que el contrario los pierda. Al fin y al cabo, así suele funcionar la política: jaleando a los propios y no reconociendo jamás los logros del adversario.
Y sin embargo, más allá de los buscadores de votos y del ruido mediático, existen otras realidades, otras fronteras que parecen preocuparnos muy poco... otros muros invisibles que no vemos, o no queremos ver, los que no tenemos la necesidad de intentar derribarlos, los que disfrutamos del aleatorio privilegio, aunque vivamos con lo justo, de no haber nacido en el lugar equivocado.
Nos da pena que los ingleses abandonen Europa, y no nos conmueven, o al menos, no lo suficiente, los desesperados que se dejan la vida en el mar por intentar justo lo contrario: llegar hasta el viejo y egoísta continente, que creen el paraíso, y quedarse a intentar reconstruir sus vidas entre nosotros.
Por aquí abajo, en este Mediterráneo que muchos británicos, pese al Brexit, seguirán frecuentando en busca de sol, fiesta y playa, el mar no para de arrojar cadáveres. Hace un par de semanas, en los Caños de Meca, esta semana pasada, en El Palmar de Vejer y en Chiclana, este fin de semana, otra patera naufragada en el mar de Alborán, con los cuerpos aún en busca de alguna playa... Siempre la misma historia, mil veces repetida, con distintos rostros y distintos nombres, cuando lo tienen, pero con idéntica tragedia. Hace unos días, un chaval guineano de 15 años, único superviviente del enésimo naufragio en el Estrecho, al que hubo que ingresar en la UCI de Puerto Real con el hígado hecho polvo, contaba cómo había visto morir, uno a uno, a los otros nueve ocupantes de la barca de juguete en la que huían de la miseria... Una "toy", como las llaman ahora.
Tan sólo los cinco o seis días de ese chaval vagando por el Estrecho, con un remo, sin rumbo ni comida ni agua, viendo caer al mar, desfallecidos, a quienes se iban quedando poco a poco sin fuerzas, deberían bastar para que aquí, en la vieja y cómplice Europa, tan preocupada porque algunos de los socios vips quieren abandonar el club, se les removiera a unos cuantos lo que les quede de conciencia.
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Juan Manuel Dicenta
En la radio desde el año 1981, comenzó en los 40 Principales de la FM de Radio Algeciras, Puso en marcha...