El gobierno se plantea cerrar la puerta a las nucleares
El Secretario de Estado de Energía anuncia que los planes son no renovar ninguna licencia de explotación
Plasencia
La duda sobre la vida de la central nuclear de Almaraz viene planteándose desde hace años en la comarca del Campo Arañuelo. En principio, la planta se diseñó para que estuviera en funcionamiento durante 40 años, y en 2021 y 2023 se cumple esa fecha en el caso del reactor 1 y el reactor 2, respectivamente.
Durante los últimos años se han realizado inversiones de cientos de millones de euros tratando de adaptar la planta a los requerimientos europeos tras el accidente nuclear de Fukushima. Además de hacer las modificaciones de diseño requeridas, también se implementaron medidas de cara a la solicitud de renovación de la licencia de explotación para que la central pudiera funcionar más allá del horizonte de 2020.Un buen ejemplo de ello, es la construcción de un Almacen Temporal Individualizado (ATI) de residuos nucleares, ya que las piscinas de combustible de las unidades se quedan sin espacio.
Sin embargo, el secretario de Estado de Energía, José Domínguez, ha indicado que no está en los planes del Gobierno prorrogar las licencias para las centrales nucleares, pero sí negociar para que el cierre sea "de acuerdo" con las empresas y "escalonado", con garantías para los desmantelamientos.
"Se podrían prorrogar, pero no es lo que contemplamos; lo que sí contemplamos es un cierre escalonado", ha dicho en conversación con periodistas en un hotel de Madrid tras la apertura del vigésimo Encuentro del Sector Gasista organizado por el diario Expansión.
Domínguez ha señalado que "antes de 2030" dejarían de operar todas las nucleares, y la primera sería la planta extremeña, mientras que en 2028 concluirá la última licencia en vigor, la de la guadalajareña Trillo.
Domínguez ha subrayado que el proyecto de ley de cambio climático presentado esta semana por el Gobierno marca el camino para la transición energética y la electrificación de la economía, con el horizonte de que en 2030 el 35 % del mix energético proceda de renovables, así como el 70 % del sistema eléctrico.
Hace unas semanas se creaba en la comarca una plataforma ciudadana para evitar el cierre de la central que genera algo más de 1.200 empleos directos en la zona, con picos de 2.000 en las épocas de recarga. También la central contribuye de manera especial en la economía de la zona por los impuestos millonarios que cobran los municipios en los que está instalada la central y ya se han mostrado contrarios a su cierre.
Por contra, las organizaciones ecologistas llevan años pidiendo el cierre de la central nuclear porque supone un riesgo importante para la ciudadanía y el medio ambiente el mantener una central nuclear. Un riesgo que sería aún mayor si se ampliará más allá de la fecha de diseño el funcionamiento de la central.
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