Gentileschi
Aurelio Gutiérrez Cid
Bilbao
Para huir, para escapar, para salir de la caverna llena de sombras, tanta, tanta luz como nos rodea ayuda mucho. Pocos viven a gusto en la cueva de Lot y sus hijas, más turbia que oscura, pero tres museos de primer nivel a menos de 20 minutos de casa, cines, infinitos cafés con pintxos que, a su manera, también son arte, hacen que me sienta un privilegiado. Llueve mucho, es cierto, pero desde hace un tiempo los árboles crecen con mucha más vida. Y es que también hay parques. El tilo, me dicen, se come la poca contaminación que queda.