Mestalla vuelve a sonreír

Valencia

Ha llegado en la primera semana de noviembre, pero más vale tarde que nunca. El Valencia regaló por fin una victoria al sufrido respetable, que llevaba aguantándose las ganas de gritar un triunfo desde mediados de agosto. La reacción y el -ojalá- punto de inflexión llega a tiempo en lo que a Champions League se refiere. El equipo que dirige Marcelino sigue sin depender de terceros para meterse en la siguiente ronda. 

El triunfo tiene un valor doble. Además de mantener vivo el fuego europeo, debería servir para desbloquear el ánimo de un grupo venido a menos después de tanto empate. Sin sonar a música celestial, el juego del equipo valencianista ha experimentado una evolución nítida ante Girona y Young Boys. La confirmación definitiva tiene que producirse el sábado en Getafe, territorio no apto para melindres. 

Para asaltar el Coliseum, García Toral puede contar -por fin- con la mejor versión de algunos de sus jugadores. Especialmente, tres. Santi Mina puso en pie a Mestalla con dos goles más de oportunista con hambre. Merece la titularidad en este Valencia. Rodrigo participó en dos de los tres goles y tuvo el aire fresco que asombró a la Liga en la pasada campaña. Buenas noticias. Su sonrisa es la del murciélago. 

Y luego está Carlos Soler. Estrelló en el palo la acción previa al 1-0, asistió con escuadra y cartabón a Santi Mina para el 2-1 y certificó la victoria del Valencia haciendo su primer gol en Champions League. Al final, va a ser secundario el debate de su posición idónea. Juegue dónde juegue, es un futbolista para toda la vida. Volvemos a sonreír, por lo menos hasta el sábado.