A juicio el urbanismo de Barreiros, la "Marbella cutre" de Galicia según Adega
El acalde se ha refugiado bajo el argumento de que los informes de la secretaria municipal eran "favorables"
Lugo
Pasadas las diez y media de la mañana de este lunes arrancaba el juicio, en el juzgado de lo penal número dos de Lugo, por el urbanismo de Barreiros, "la Marbella cutre gallega, a juicio de Adega, donde están acusados el alcalde, el popular Alfonso Fuente Parga, cinco miembros de la Junta de Gobierno del año 2006 y la arquitecta municipal.
La fiscalía, en sus conclusiones provisionales, pide penas que van de seis meses a dos años de prisión, además de requerir la anulación de las 44 licencias que se aprobaron para la construcción de 3000 viviendas.
Para el alcalde, Alfonso Fuente Parga, la acusación pública solicita dos años de prisión, por un delito continuado de prevaricación urbanística, en tanto que la acusación particular que representa al colectivo ecologista Adega reclama un año de prisión por cada una de las 44 licencias por prevaricación urbanística en concurrencia con otro delito contra la ordenación del territorio.
En la vista, Alfonso Fuente Parga se ha refugiado bajo el argumento de que los informes de la secretaria municipal eran "favorables" y no se objetó "ningún inconveniente" para que la junta de gobierno votara a favor de dichas promociones.
"Nosotros confiábamos plenamente en ella", deslizaba el regidor, quien en varias ocasiones ha repetido, sobre la secretaria municipal, que "nos fiábamos de lo que ella nos decía".
A la puerta de los juzgados de Lugo, Fuente Parga confesaba que era "un alivio" que finalmente se celebre el juicio, luego de varias fases en que dichas actuaciones fueron archivadas desde el juzgado de Mondoñedo.
El regidor mariñano incidía, por la junta de gobierno, que "nosotros votamos siempre con informes favorables, todos ellos; con lo cual eso es lo que vamos a mantener".
En esta línea mantuvo que "no" se ha producido "ninguna irregularidad, en ningún momento". Después de once años reconocía que esta situación le había "desgastado" y que "no" se lo deseaba ni a su "peor enemigo". "Once años esperando por un juicio, pero es así", se resignaba.
En cuanto al urbanismo a día de hoy, ha acreditado que se desarrolla "sin ningún problema" y que las viviendas, "algunas están rematadas y a disposición de sus compradores y otras que quedaron paralizadas pero no por un problema urbanístico".
Finalmente, al respecto de si el resultado de este juicio podría condicionar su futuro político, replicaba que "a lo mejor sí o a lo mejor no, esperemos a ver lo que sale de esto", dejaba caer luego de 13 años como alcalde.
El secretario general de Adega, Froilán Pallín, coincidía con Fuente Parga en que estar "once años en esta situación ya es un escándalo". "Esto no es justicia, ni nada, simplemente se destrozó a un pueblo económicamente, socialmente y arruinó a mucha gente. Es el ejemplo de lo que no se debe de hacer urbanísticamente", censuraba.
Desgranó que "no se cumplió ninguna de las ordenanzas urbanísticas, eran terrenos que no estaban cualificados para ser edificados, alguno de ellos sigue con un proceso de urbanización y planificación urbanística".
Pallín puso el acento en que eran construcciones "sin servicios, y que posteriormente se pretendió que fuera la propia administración, la Xunta e incluso participaba la diputación, con un plan sectorial para dotarlos de servicios a terrenos que no tenían la condición de solar y, por tanto, no podían ser edificados".
"Hay también un enriquecimiento, porque hablamos de 14 millones del plan sectorial que tenían que aportar los promotores. Eso también lo tuvimos que recurrir", ha señalado.
Finalmente apelaba a que este caso es como "una Marbella gallega, pero mucho más cutre, porque es cutre en todos los aspectos, donde había amenazas, anónimos, aparte de tráfico de influencias donde hasta los proveedores de los cuartos de baño estaban implicados". "Esto fue todo un despropósito", soltó, al tiempo que recordaba como "en Conturiz (Lugo) se sancionaba a una particular por una vivienda sin licencia. Con las pequeñas construcciones sí que se es duro", protestaba finalmente.
Todo lo ocurrido en Barreiros en 2006 llevó, en su día, a la Xunta a intervenir en el urbanismo de este concello de la Mariña de Lugo, con muchos edificios vacíos que convierten a este concello, sobre todo en invierno, en "un pueblo fantasma".