Siguen las protestas, sigue el desencanto

Faltan neurólogos. Faltan pediatras. Faltan anestesistas... Todo ello por no hablar de los médicos de atención primaria y su catálogo de reivindicaciones laborales que conviven con su escasa presencia en distintas áreas rurales.

Desde la Junta se esfuerzan en hacernos ver que la culpa de todo esto la tiene la mala planificación diseñada desde Madrid y seguro que algo de razón hay en esa escusa, pero también es cierto que el problema se hace evidente de forma muy desigual dependiendo de la comunidad en la que nos fijemos, tampoco podemos pasar por alto que las competencias en esta materia están trasferidas desde el año 2002 y que las protestas que no cesan se producen aquí y van dirigidas a los responsables de la sanidad pública de la comunidad, que son quienes tienen que garantizar una sanidad de calidad a todos los ciudadanos independientemente de donde residan.

Toro, en Zamora y Soria son las últimas localidades en las que se han producido movilizaciones. Dentro de unos días en Aranda de Duero de nuevo volverán a manifestarse por el mismo motivo. La falta de médicos se ha convertido en un problema de extraordinaria importancia en Castilla y león, esto ya nadie lo discute. La Junta dice tener un plan para revertir esta situación, pero nada sabemos aún sobre su posible eficacia. Mientras, siguen las protestas, sigue el desencanto.