Tapones contra el ruido en la Ribera
Los vecinos de la Axerquía recogen firmas en contra de la instalación de locales de ocio en la Cruz del Rastro
Córdoba
Es una de las tapias más reconocibles y fotografiadas de Córdoba. Desde que con motivo de Eutopía 2017 un grupo de artistas, de los colectivos Fritanga y Ciudad Creativa, decidieron transformarlo en una representación visual de lo que amamos y odiamos de nuestra propia ciudad, esta esquina de la Cruz del Rastro se ha convertido en el fondo perfecto para miles de selfies recogidos en los teléfonos de propios y extraños.
Sin embargo, este sábado, los vecinos de la Axerquía han convertido este trozo de lienzo en la pared de un hogar imaginario, en el que no faltaban la mecedora, la alfombra y, por supuesto una acogedora mesa camilla. Una típica salita de casa o piso cordobés, en el que, sin embargo, para estar a gusto hacía falta ponerse tapones. Tapones para no escuchar el ruido del tráfico y las voces de los bares cercanos que se colaban hasta el interior de este hogar imaginario como se cuela en el de muchos de los vecinos de esta zona. Un problema que irá a peor, según los vecinos, de salir adelante el proyecto para convertir el solar que oculta este peculiar muro, en un nuevo espacio de ocio donde se instalarían dos restaurantes y cuatro bares con música.
Francisco Rosales, vicepresidente de la Asociación de Vecinos La Axerquía, recuerda que “esta zona ya está acústicamente saturada, al borde del colapso, y no podemos permitir que se instales más negocios que impiden el descanso de lo que vivimos aquí”. El problema, ha explicado Rosales, “no es sólo el ruido que se genera dentro de los locales sino el que provoca todo el reguero de gente que sale de ellos con unas copas de más”. Rosales, que también pertenece al “Foro por el derecho a la ciudad”, ha explicado que tienen la intención de presentar alegaciones a la concesión de la licencia que está tramitando la Gerencia de Urbanismo para este proyecto.
Los vecinos que hoy se han concentrado en la Cruz del Rastro también han recogido firmas en contra del nuevo Decreto de horarios de la Junta de Andalucía al entender que sólo favorece los intereses de los empresarios. Y todo el que firmaba se llevaba, de recuerdo, unos tapones.