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Que nada lo estropee

El último informe del Consejo Regulador indica que el desarrollo de la actual campaña en Ribera del Duero es similar al de añadas excelentes, aunque advierte que el tiempo de las próximas semanas tiene la clave

Estado del fruto en viñas en Aranda de Duero en el momento actual / Cadena SER

Estado del fruto en viñas en Aranda de Duero en el momento actual

RIBERA DEL DUERO

Con una semana de retraso se encuentra en estos momentos el desarrollo de la viña en la Ribera del Duero con respecto a lo que puede considerarse un año normal en esta Denominación de Origen. Una campaña cuyo desarrollo puede compararse al de añadas de excelente calidad como la del 2010. Son algunas de las conclusiones más destacadas del último informe elaborado por los servicios técnicos del Consejo Regulador, a las puertas de una nueva vendimia. Y como cada año por estas fechas, mirando al cielo. El informe vuelve a advertir de que “el mes de septiembre y los primeros días de octubre son decisivos para la maduración”.

El informe indica que el viñedo se encuentra en el estado fenológico de maduración, con un ligero retardo de entre 6 a 8 días con respecto a la media de las últimas campañas, aunque añade que las previsiones meteorológicas pronosticadas para los próximos días “son idóneas para la maduración del fruto” por lo que cabe esperar que se reduzca el retraso. En cuanto al análisis detallado de los índices de maduración dicen los expertos del órgano regulador que “la cosecha 2018 apunta a una calidad enológica elevada, siempre que la climatología hasta el momento de la vendimia sea favorable”. El documento advierte también de las diferencias notables de fenología en los viñedos de la Denominación de Origen dependiendo de características como la edad de la viña, tipo de suelo, orientación o altitud de la parcela.

También ha sido determinante para llegar a la situación actual la climatología de toda la campaña y de este último verano. Mientras que las temperaturas medias de julio estuvieron dentro de los valores habituales, en agosto las medias y las máximas fueron ligeramente más altas. Los diez primeros días de septiembre responden a la media habitual. Por lo que se refiere a las precipitaciones, después de un año excepcionalmente húmedo, en julio se produjeron lluvias por debajo de la media, mientras que agosto fue un mes seco para lo que es habitual en la Ribera del Duero. En cuanto a la primera parte del mes de septiembre los episodios tormentosos que se están produciendo se consideran dentro de la normalidad. Como conclusión se destaca el buen reparto en el tiempo y en la forma de las precipitaciones a lo largo de toda la campaña, lo que ha supuesto “que se recuperen las reservas hídricas del suelo, facilitando el buen aprovechamiento de las mismas por parte de la planta”

En cuanto a las tormentas de granizo que se han producido desde finales de primavera hasta los primeros días de septiembre el informe indica que se han producido de manera muy localizada, generalmente acompañadas de abundante agua y han tenido una duración corta, por lo que en la mayoría de los casos los daños causados son de escasa entidad.

Esta última evaluación del viñedo antes de la vendimia repasa también la sanidad de la planta, que no presenta ningún episodio preocupante. La profesionalidad de los viticultores puso freno al riesgo de mildiu propiciado por una campaña lluviosa en invierno y primavera, con labores de prevención, tratamiento y manejo de la vegetación. También se atajó con eficacia la amenaza de oidio cuyos primeros síntomas se detectaron en el mes de agosto sin que su incidencia hasta el momento haya sido significativa. Afortunadamente la incidencia de la plaga de polilla del racimo ha sido escasa y no se han producido episodios de botrytis, pese a la humedad, aunque los servicios técnicos del consejo regulador aconsejan estar vigilantes para evitar ambos peligros.

 
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