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El acusado de asesinar a una bebé en Vitoria vio en ella la "semilla del mal"

La madre dice que les agredió porque no quiso mantener relaciones sexuales

El presunto asesino / David Aguilar (EFE)

El presunto asesino

Vitoria

El acusado de asesinar a una bebé de 17 meses a la que lanzó por una ventana en Vitoria ha asegurado hoy que vio en ella la "semilla del mal" y que actuó "enajenado", mientras que la madre de la pequeña, a la que supuestamente también intentó matar, ha dicho que actuó motivado porque se negó a tener sexo con él.

El procesado, Daniel, un profesor de saxofón en un conservatorio municipal y natural de Sevilla, ha justificado así los hechos que ocurrieron la madrugada del 25 de enero de 2016 en su casa de alquiler de Vitoria.

Durante su declaración en el juicio que se celebra en la Audiencia de Álava ha asegurado que "tenía que hacerlo", que era un "trabajador de luz" que debía proteger a la humanidad frente a la "oscuridad".

En este juicio con jurado que arrancó ayer en la Audiencia Provincial de Álava una de las cuestiones que se deben determinar es, si como argumenta la defensa, el acusado actuó bajo los efectos de un brote psicótico por la grave esquizofrenia paranoide no diagnosticada que padecía o si como ha dicho hoy el abogado de la Asociación Clara Campoamor, que ejerce la acusación popular, tal enajenacion es un "mero acto de teatro" para modular la pena.

Él ha reconocido que lanzó a la bebé por la ventana del balcón-mirador de la casa, y por ello todas las acusaciones solicitan la prisión permanente revisable, lo que supondría pasar entre 25 y 35 años en la cárcel antes de que se revisara su pena.

El acusado ha respondido hoy las preguntas de todos los abogados y durante su interrogatorio, que se ha prolongado unas tres horas y media, ha explicado que lanzó a la bebé tras ver en ella una mirada "odio" y "maldad". Lo que ha negado es que quisiera hacer lo mismo con la madre, una joven de 18 años que residía en Burgos y a la que había conocido apenas un mes antes a través de una red de contactos.

El procesado, que en el momento de los hechos tenía 30 años, ha hablado también de "batalla bíblica", "de ángel blanco y ángel oscuro", de "voces" y "misiones", de "supervivencia" contra el "diablo" y "contra la semilla del mal" y ha explicado que el día en que se produjo el trágico suceso había recibido muchas señales de que el fin del mundo estaba cerca, de un "peligro inminente", y que estaba "nervioso" y "enajenado".

Ha asegurado también que no era consciente de su "enfermedad" y que no había sido tratado antes del suceso por un psiquiatra a pesar de que cuando era adolescente ya tuvo brotes psicóticos motivados por el consumo de marihuana, sustancia que dice que fumó el día de los hechos.

Muy distinta ha sido la versión de Gabriela quien también ha declarado hoy separada de su presunto agresor por una mampara. La joven ha asegurado que Daniel actuó motivado porque esa noche ella rechazó mantener relaciones sexuales con él y eso le "tocó el orgullo".

Ha relatado entre lágrimas que acudió a ese piso por su insistencia y que hasta que no estuvo en la vivienda no percibió en él nada raro. "Era un chico absolutamente normal", ha descrito ante el tribunal.

Sin embargo ha reconocido que esa noche él hizo comentarios raros. "Algo de que los niños iban a provocar el fin del mundo". Este hecho motivó que incluso ella se planteara volver a su casa pero ante la imposibilidad de tener un autobús a esas horas desistió y se fue a dormir con su hija.

Ha relatado que el acusado, que se quedó despierto escuchando música, le envió un mensaje de whatsapp en el que le proponía mantener relaciones sexuales. "Pasé totalmente de él" y por ello actuó así, ha asegurado Gabriela.

También ha explicado que tras ese mensaje Daniel entró en la habitación, se quedó mirándola y puso la mano en el pecho de su hija, que estaba junto a ella, haciendo presión.

Ha añadido que le retiró la mano y que fue entonces cuando el acusado se puso sobre ella y comenzó a golpearla, a agarrarla del cuello mientras le decía que la iba a matar y gritaba: "Todas sois iguales".

Ha relatado que en un momento del forcejeo Daniel miró a su hija, que lloraba y estaba en el suelo, para a continuación romper el cristal de la ventana del mirador, agarrar a la niña y lanzarla por ella. "Estaban claras sus intenciones", ha dicho.

La joven ha negado que el acusado fumara marihuana esa noche y ha dicho que no recuerda que él bebiera alcohol.

El juicio por estos hechos está previsto que se prolongue durante cuatro sesiones más hasta el próximo día 12.

 
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