Mala imagen en la primera salida

Valencia

Siempre lo digo. Me encantan las declaraciones de los jugadores nada más terminar los partidos porque es cuando dicen realmente lo que piensan. A la expresión de que "los niños y los borrachos siempre dicen la verdad" deberíamos añadir también a los futbolistas justo al acabar los partidos. Luego ya no. Luego ya aparecen los empleados de comunicación de los clubes, los calentones al pasar por la ducha ya no lo son tanto, y las ruedas de prensa en la zona mixta ya no son tan 'reales'. Pero nada más terminar los partidos sí y nada más terminar el partido habló Gayà y dejó tres titulares contundentes: "Esta segunda parte no es digna de este equipo", "esta imagen no la podemos volver a dar" y "no fue cuestión de actitud, pero nos han pasado por encima". 

Y lo que dijo Gayà es lo que pensábamos casi todos después de una segunda parte malísima del Valencia. Alguna parecida había hecho la temporada pasada. Sin ir más lejos en este mismo campo. Pero el año pasado casi siempre se ganaba cuando se jugaba bien, pero normalmente también cuando se jugaba mal. Y este año hemos empezado mal en este sentido. No se ganó el primer partido jugando más o menos bien, incluso teniendo varias ocasiones para ganarlo al final, y se ha perdido el segundo jugando muy mal en la segunda parte. Yo considero que las dinámicas en fútbol son importantísimas y el año pasado todo venía de cara, pasara lo que pasara, pero esta temporada parece que ha empezado al revés. Es todavía muy pronto, es verdad. Eso nos queda de consuelo para no ser ni mucho menos pesimistas. 

Pero Marcelino tenía un objetivo para esta temporada, quizá el que más le preocupa de todos los que se habrá marcado antes de empezar el nuevo curso: el de bajar aún más la cifra de goles en contra. El año pasado lo bajó muchísimo. Fue impresionante porque el Valencia de la 16-17 había encajado 65 goles y el Valencia de Marcelino en la 17-18 encajó 38; una media de un gol exacto por partido. Pero en la rueda de prensa previa del otro día ya incidió en el tema y dijo que aún hay que bajarlo más. En torno a los 30 goles se ha fijado como marca. Pues empezamos mal porque ya vamos a una media de más de un gol por partido (tres en dos partidos) y en la segunda parte el equipo transmitió una fragilidad defensiva que apenas vimos a lo largo del curso anterior. En definitiva, hay mucho trabajo por delante en todos los sentidos. Pero insisto, aún es muy pronto para hacer cualquier juicio pesimista. Ha sido sólo un partido malo.