Las primeras olímpicas, cuando el deporte dejó de ser cosa de hombres
Lourdes Alameda, internacional con la selección española de rugby, rompie moldes
Fuenlabrada
El primer mito del deporte olímpico español fue Lilí Álvarez. Disputó tres finales de Wimbledon, tres semifinales del Open francés y participó en los Juegos Olímpicos de Paris en 1924. Fue rompedora desde el principio de su trayectoria hasta el punto en que en 1931 sorprendió al mundo del deporte al ser la primera mujer en vestir en sus partidos de tenis una “falda dividida”, según asegura Elena Sánchez Moral, historiadora y experta en Género.
De ella dijo Alfonso XIII que se “movía por la pista como un torero” y es que aunque en 1934 se casó con un conde, nunca dejó el deporte al lado, a pesar de que las autoridades deportistas la infravaloraron continuamente, algo que motivo, ya al final de su carrera, que dejará el deporte y optará por escribir. Era feminista militante y católica.
Margot Moles Piña, nacida en 1910, fue otra de las grandes pioneras del deporte español y tuvo un importante papel popularizando la nataciónentre las mujeres. “La natación ensancha la espalda y eso no estaba bien visto en la época”, recuerda Sánchez Moral. Ganó tres campeonatos de España como capitana del Atleti Club de Madrid de Hockey y con su hermana Lucinda fue la primera en practicar atletismo en España, pero su gran afición era el esquí. Y es que ella fue la primera mujer del país en participar en los JJOO de invierno, aunque su vida cambió con la Guerra Civil. El apoyo de su marido a la República hizo que sufriera represalias y que su nombre se hundiera en el olvido..
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Lourdes Alameda, descubriendo el rugby femenino
Y si hablamos de mujeres que abrieron brecha en el deporte, en nuestros días podemos ver muchos ejemplos. Mujeres que empezaron a practicar deportes hasta hace no mucho casi desconocidos en nuestro país y asociaciados tradicionalmente a lo masculino. Lo sabe muy bien Lourdes Alameda, jugadora del Sanse de Rugby y de la Selección Española, con la que participó en las Olimpiadas de Río de Janeiro.
Cuando llegó de su pueblo natal en Toledo a Madrid para estudiar, Lourdes quería hacer deporte, siempre lo había hecho, pero no sabía cuál y eligió uno que no conocía, el rugby. Desde hace nueve años es la pasión de esta mujer de 26 años, estudiante de Biología, que reconoce que hay deportes asociados a lo masculino, como es el caso del rugby, y otros a lo femenino, como la gimnasia rítmica. Por eso, cree que hay mucho trabajo por hacer como conseguir que haya más deportistas federadas para que el deporte femenino tenga más cancha.