Aragón acoge 400 campamentos con una normativa más exigente
Más monitores en cada acampada, seguros de responsabilidad civil y de accidentes, o un plan de emergencia son algunas de las novedades, que no pillan por sorpresa a Scouts de Aragón. Esta agrupación exige un puente a su centro internacional de Griébal, cerca de Aínsa
Zaragoza
Alrededor de 25.000 niños y niñas participan en 403 campamentos de verano en la comunidad autónoma de Aragón. Principalmente, en las comarcas de Jacetania y Sobrarbe. Este año llega la temporada con cambios en la normativa, que actualiza la regulación de hace 20 años. Por ejemplo, tiene que haber más monitores, se extreman las medidas de seguridad y se exige un plan de emergencia de cada campamento, colonia, campo de trabajo o actividades de aventura.
Las modificaciones en las ratios es una de las principales novedades que se ponen en marcha este verano. El director del Instituto Aragonés de la Juventud, Adrián Gimeno, señala que "pasamos de un monitor cada 12 a uno por cada 10 participantes", un aspecto que "en grupos pequeños no tiene mucha implicación pero sí en campamentos grandes". Remarca que en Aragón "a veces han venido hasta 400 o 500 menores en un solo campamento y, por lo tanto, si aplicamos esta nueva ratio, la diferencia es considerable".
Hace 2 décadas que no se actualizaba la normativa e incluye ahora seguros de accidente y responsabilidad civil y también un Plan de Emergencia. Hasta ahora, se hacía un simulacro el primer día del campamento pero ahora se tiene que plasmar en papel, lo que requiere un trabajo previo de la dirección de campamento y los monitores y "es esencial que se conozca cómo actuar ante cualquier suceso porque eso nos puede ayudar a intervenir en el caso de que hiciera falta".
Otros requisitos
Esta normativa no pilla de sorpresa a ASDE - Scouts de Aragón, que agrupa a 2.500 jóvenes de 21 grupos en las tres provincias. Desde esta agrupación llevan tiempo trabajando en adaptarse a estos cambios. El principal esfuerzo, los requisitos sanitarios y de seguridad alimentaria. Ángel López, presidente de Scouts de Aragón, explica que "nuestro perfil de campamento es ir a una campa de un lugareño que nos la deja y allí montamos todo, letrinas, cocina y tiendas de campaña". Con las letrinas y el agua "son más estrictos, de llevarnos todo, cualquier tipo de residuo, tanto sólido como líquido, incluso aguas de ducha".
Griébal exige su puente
Scouts de Aragón gestionan uno de los 4 centros internacionales que tiene el Escultismo en España: el pueblo de Griébal, cerca de Aínsa. Funciona todo el año y durante el verano acogerá a unas 1.500 personas de varias comunidades autónomas y de otros países, como Alemania, Bélgica, Francia, Estados Unidos o Canadá.
Es un pueblo abandonado por el embalse de Mediano y que fue cedido por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Reclaman un puente sobre el río Lanata, precisamente en un año en el que se alerta de las subidas de caudal en los ríos pirenaicos. Han llamado a todas las puertas. "Lo necesitamos sí o sí, tanto por seguridad, que es lo primero, como para darle una continuidad y saltar a otro nivel para que suba más gente y otros perfiles de personas", afirma Ángel López.
La aventura de un grupo scout de Zaragoza en la Guerra Civil
Por cierto, Aínsa es uno de los escenarios del libro "Historia de un campamento", pùblicado por Scouts España y que narra 9 meses de un grupo de scouts de Zaragoza que, en 1936, quedan cercados por la guerra civil en el valle de Ordesa.
Su autor Patricio Borobio, ya fallecido, tenía 13 años, narra esa gran aventura. Tuvieron que sobrevivir en el Pirineo, pasando por Francia, refugiándose en Lourdes o visitando Barcelona... experiencias y anécdotas que recogió en su cuaderno.
Josechu Borobio es su sobrino y explica que "consiguieron algo muy raro en la guerra, que fue un canje con un grupo de coristas que estaba en Zaragoza y que se llamaba "Naranjas de la China" y que eran de Barcelona". Lo acordaron entre los dos bandos. El libro, por cierto, está agotado.