La calle de Carmelo Vicent, escultor y dibujante, hijo ilustre del poblado de Carpesa
Recorremos con Luis Fernández la historia de las calles de Valencia

Valencia
Carmelo Vicent Suria (Valencia, 1890-1957) hijo del poblado valenciano de Carpesa, donde también está enterrado, fue un escultor, imaginero y dibujante, padre del también famoso escultor Octavio Vicent, con el que forma una de las más importantes sagas de escultores valencianos.
Carmelo Vicent estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de nuestra ciudad y pronto empezó a codearse con otros grandes escultores valencianos como Ponsoda y Capuz. Sus obras más reconocidas son las que están expuestas en el espacio público, sobre todo en la ciudad de Valencia. Así, a Carmelo Vicent le debemos las dos figuras de mármol tituladas La Justicia y La Paciencia de la fachada del Ayuntamiento, la escultura Labrador Valenciano, sita en la Gran Vía Marqués del Turia, la escultura de San Vicente Ferrer, en el puente del Real o el busto de Simón de Rojas Clemente, en el Jardín Botánico. Después de la guerra sus trabajos se centraron en la imaginería religiosa por encargo de multitud cofradías de toda nuestra geografía. En Valencia restaura la imagen de la Virgen de los Desamparados y realiza la popular Virgen de los Desamparados “Peregrina”.
Carmelo Vicent también trabajó como artista fallero, y suyas son las recordadas fallas de las calles Baja-Mesón de Morella de 1922, la de la plaza del Doctor Collado de 1925 y sobre todo la que plantó junto a otros artistas del Circulo de Bellas Artes en la calle de la Paz de 1924. Y como curiosidad, Carmelo Vicent también cultivó la escritura y nos legó algunos sainetes donde representa las costumbres y el ambiente de la huerta valenciana que tan bien conocía de su infancia en Carpesa.
La histórica calle de la Iglesia de Carpesa, como otras tantas en nuestra ciudad, sufrió los avatares toponímicos registrados en nuestro nomenclátor entre la 2ª República y la dictadura franquista. Así, en 1932 esta calle fue renombrada como calle de Blasco Ibáñez hasta 1944, cuando de nuevo cambió su nombre por el del escultor Carmelo Vicent.