Martínez-Abarca: “El tema de la cifra se trató en las postrimerías del Consejo”

Alicante

En el juicio por las dietas de la CAM que percibió su presidente, Modesto Crespo, ha copado las declaraciones Juan Martínez-Abarca, el letrado asesor del Consejo de Administración y también secretario de actas. Este miércoles lo hace también como testigo el predecesor de Crespo al frente de Tinser Cartera, Alfonso Rodríguez Rabadán, administrador único de la sociedad participada hasta el nombramiento de Crespo.

Martínez-Abarca ha desmentido con su declaración hasta a 16 consejeros, al asegurar que en el Consejo de Administración en el que Crespo fue designado, sí se informó de la cuantía y la retroactividad de dichas dietas.

La declaración de este jurista ha sido la más minuciosa de cuantas ha registrado este juicio, ya en su sexta sesión. Los letrados de los 20 consejeros investigados se han empleado a fondo con él, después de asegurar ante el Ministerio Fiscal que en aquel famoso Consejo del 27 de noviembre de 2009 sí se mencionó la cifra de 300.000 euros anuales a Crespo, "pagaderos en trimestres" y con carácter retroactivo.

Lo recuerda "nítidamente", asegura, porque fue el propio director general, Roberto López, quien lo propuso "en las postrimerías del Consejo". Y si hasta 16 consejeros han negado esta versión en sus respectivas declaraciones, según él, es porque o no se acuerdan o no estaban. De hecho, ha mencionado que era frecuente el "desprecio" por parte de los consejeros, que hablaban mientras él leía la reseña del consejo anterior y hacían "alzar la voz a gritos".

Aunque reconoce las discrepancias entre la información recogida en la preacta de la reunión del Consejo y la carta remitida a dicho órgano por la Comisión de retribuciones, cree que todos los consejeros tenían la opción de consultar cualquier documento. Alega que si no advirtió a los consejeros de lo sucedido en la Comisión de Retribuciones del día previo fue porque no estuvo en ella y "le pillaba de nuevo" y que, en cualquier caso, las propuestas del Consejo las llevaba el director general y si ningún consejero ponía objeciones, se entendía que se aprobaba "por unanimidad".

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Además, Crespo venía precedido de un aura "como relaciones públicas" y era un hombre "muy apoyado por el presidente Camps", ha dicho para justificar el nombramiento y las dietas de éste.

Concluye que si a la prensa no se filtró nada de las dietas fue porque hubo "una entente cordiale" entre los consejeros de "no tocar las remuneraciones" puesto que todos, sin excepción, ya estaban retribuidos por pertenecer a otros consejos.

Crespo ya admitió al inicio de la vista el cobro irregular de 600.000 euros entre 2009 y 2011 y ha aceptado devolver el dinero, pagar una multa de 9.000 euros y ser condenado a 9 meses de cárcel. El resto de consejeros se enfrentan a una pena de dos años de prisión y una multa de 200 euros diarios durante 9 meses.