¿Nos merecemos estos políticos?
La Firma de Pedro Brouilhet
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"¿Nos merecemos estos políticos?", la Firma de Pedro Brouilhet
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Palencia
En los últimos días estoy perplejo con la actuación de algunos dirigentes políticos. La sentencia de la Gurtel, la entrada en prisión de Zaplana, la compra del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero, el acto de Ciudadanos en Madrid el pasado fin de semana, el inhóspito nuevo presidente de Cataluña, la falta de un proyecto claro de PSOE, la actuación algún alcalde de algún pueblo de Palencia… Me hace pensar que hemos hecho para merecer esto.
Es verdad que uno ve lo que hay en otros países y se puede consolar un poco. Pero lo triste de todo, es que los problemas de la gente no encuentran una respuesta en las decisiones de nuestros dirigentes. Todo lo hacen para sacar rédito electoral. Existe en nuestra provincia mucho silencio cómplice cuando se nos anuncia que alguna empresa importante va a quitar el turno de noche en su factoría.
Los pensionistas, las mujeres, los maestros, los profesionales de la salud, los jueces, tantos profesionales… han tenido que tomar la iniciativa ante el desinterés que muestran nuestros dirigentes políticos.
Ahora que se lleva tanto el uso de la bandera, les pido a todos nuestros dirigentes que enarbolen las banderas de la libertad, la justicia, la independencia, la austeridad en su forma de vivir, la denuncia, la autenticidad, la defensa bien común… Esto es ser español, castellano, palentino…
Ante la corrupción de nuestro principal partido político, ya no hay lugar más para la justificación, para mirar hacia otro lado o para decir que no va con ellos. Algunos ya no tienen tiempo para denunciar sino para irse a su casa por no enterarse de nada. ¡Quién calla otorga!
Estamos hartos de escuchar a los políticos lamentarse de la pérdida de confianza de la ciudadanía hacia la clase política. Las encuestas no mienten cuando revelan que quienes deberían ser la solución son para nosotros el auténtico problema.
Ya no nos sirven sus declaraciones cuando nos aseguran con gesto contrito que la corrupción es solo una excepción en un colectivo en el que la vocación de servicio, la dedicación desinteresada y la honestidad serían la regla. Los políticos honestos olvidan que su silencio los convierte en cómplices. Los ciudadanos no volveremos a creer en ellos hasta el día que los veamos sacar de las filas de sus partidos a todos los que se acercan a la política con el ánimo de obtener beneficio.
Los políticos que se autoproclaman honestos tienen la obligación moral, social y política de liderar la lucha contra la corrupción. Hasta ahora solo hemos sido testigos de un silencio y una inhibición que los hace cómplices. Los ciudadanos no perdonamos esta complicidad. No queremos ni corruptos ni cómplices.
En la noche de ayer unos jóvenes me decían que si hubiera hoy elecciones no sabrían a quién votar. No se sienten representados. Votaremos, pero lo haremos por el menos malo. A muchos ciudadanos nos pasa lo mismo. Nuestros políticos sean de la tendencia que sean tienen que ser los mejores, los más preparados, los que motiven, ilusionen, despierten, acierten.
Necesitamos proyectos creíbles. Esta es la tarea que tienen nuestros líderes para el futuro más próximo. La solución no es ni los salvadores, ni los iluminados, ni los dictadores, ni los patriotas de nuevo cuño, ni los populistas… Necesitamos políticos que unan, cosan y apuesten por el bien común.