Madrid cuenta ya con un río de verdad
Concluyen las obras de renaturalización del Manzanares, donde se han plantado 5.200 ejemplares y la biodiversidad ha aumentado con más de 50 especies de aves hasta convertirse en un corredor ecológico en plena ciudad
Madrid
El Manzanares no es, ni de lejos, el Támesis o el Sena, pero tampoco aquel "arroyo aprendiz de río" del que se burló Francisco de Quevedo. Ahora, gracias a las obras de renaturalización, los madrileños disponen de un río de verdad, con su vegetación de ribera, sus peces y sus aves.
El Ayuntamiento ha invertido un millón doscientos mil euros en recuperar un tramo de más de un kilómetro, entre los Puentes de los Franceses y el de la Reina Victoria, aunque los efectos de esta regeneración se extienden mucho más allá.
La delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha presentado el fin de las obras que han acompañado a la renaturalización junto a Santiago Martín Barajas, de Ecologistas en Acción –grupo del que partió la propuesta–, y al Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA).
Hace un par de años se abrieron las compuertas de las presas, lo que ha favorecido la aparición de especies autóctonas hasta convertir el río en un corredor ecológico en plena ciudad. El Consistorio madrileño también ha limpiado las orillas y el lecho, ha eliminado especies no autóctonas y ha ocultado y suprimido parte de la escollera.
Además, se han retirado los muros de piedra desplomados, un material con el que se construirán asientos, y se han instalado nuevos muros que favorecen el drenaje, se han mejorado los caminos adyacentes y se han instalado 2.329 metros de barandilla en ambas orillas.
Mayor biodiversidad
En total, se han plantado 5.230 ejemplares, de los que 273 son árboles de gran porte y 1.305 árboles plantados con estaquillas; 3.660 arbustos. Las especies utilizadas han sido de ribera: fresnos, olmos, álamos blancos, alisos, majuelos, saúcos, rosas silvestres, tarayes y sauces. Las actuaciones propuestas se han planificado para que no generan riesgo hidrológico.
La transformación del Manzanares ha conseguido una auténtica explosión de vida animal, tanto de aves como de peces. El seguimiento del proceso de renaturalización del río, realizado por Ecologistas en Acción y técnicos municipales, confirma la presencia de más de 50 especies de aves y la abundancia del barbo, especie piscícola autóctona, que ha pasado a ser la dominante en el río.
Algunas de las especies censadas con mayor importancia para la biodiversidad de la ciudad son la garza real, la garceta, la gallineta, el martinete, el martín pescador o el chorlitejo chico. También pueden verse diferentes especies de gaviotas, fochas comunes o ánades reales.
Gracias a las condiciones fluviales más naturales es llamativo el desarrollo de la fauna piscícola, que ahora tiene las circunstancias favorables para su reproducción, mejorando la presencia de peces autóctonas, como el barbo. Se ha detectado la presencia de gobio, alburno, carpa, carpín, pez gato, gambusia y, sobre todo, de barbo, especie nativa de nuestros ríos, que ha pasado a ser dominante a lo largo de todo el tramo urbano.
Liberación de galápagos leprosos
Con el fin de potenciar la biodiversidad y concienciar a la población de la necesidad de conservar la fauna autóctona, el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) ha liberado este miércoles en el río unos 15 ejemplares de galápago leproso (Mauremys leprosa), una especie más propia del clima y condiciones ecológicas del tramo del Manzanares objeto de renaturalización.
El Ayuntamiento también ha hecho un llamamiento a los vecinos para que no suelten galápagos de Florida en el río Manzanares por ser una especie invasora.
Corredor ecológico
El proceso de renaturalización para lograr un corredor ecológico iniciado hace ahora dos años ha sido en parte "muy espontáneo" y se "equilibrará" con las plantaciones hechas por el Ayuntamiento, ha explicado Sabanés.
Martín Barajas ha celebrado la "explosión de vida" en el río, lo que ocurre cuando a la naturaleza "se le levanta un poco el pie de encima". "Tenemos el río que tenemos pero se le podía sacar bastante partido a nivel medioambiental", ha añadido el ecologista, quien ha subrayado asimismo que los árboles "se salen de todas las tablas de crecimiento" con 2.000 crecidos de forma natural, que la población de peces "se ha disparado" y que cada vez hay más especies de aves.
Mal que nos pese, el Manzanares tiene el caudal que tiene, y eso es algo que no se pueda cambiar. Pero al menos ahora, tenemos un río como tal, por donde corre el agua, se puede ver el fondo --algo que no sucedía desde hace 70 años-- y hay una auténtica explosión de vida vegetal y también animal, con más de 50 especies.
Si Quevedo levantara la cabeza y contemplara el estado actual del Manzanares, a buen seguro que cambiaría de opinión.