Cantabria esperará a que exista una ley de muerte digna para establecer una norma autonómica
La consejería de sanidad defiende el derecho de las personas a decidir sobre su final
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Archivo.(Getty Images)
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Santander
El Congreso de los Diputados da el primer paso hacia la despenalización de la eutanasia y la legislación en materia de suicido asistido. La mayoría parlamentaria ha aprobado la proposición de ley del Parlamento de Cataluña que pide una reforma del Código Penal para regular en esta materia, algo que el Congreso ya había rechazado hasta en 16 ocasiones y que es una práctica legal en países como Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Canadá.
La Consejería de Sanidad de Cantabria defiende la necesidad de una ley autonómica de muerte digna y procederá a su tramitación en cuanto el Gobierno Central apruebe la norma a nivel estatal.
Cantabria reguló el testamento vital en 2006, un documento en el que el individuo explicita las instrucciones que deberán tenerse en cuenta cuando su estado de salud no le permita expresarlas, especialmente en lo relativo a tratamientos médicos. En el registro de últimas voluntades de la comunidad hay 2.750 personas inscritas. María Antonia Mora, directora general de ordenación sanitaria, ha explicado que unas 300 personas cada año se están sumando. “Se hace sobre todo en la propia consejería y con un funcionario, aunque puede hacerse con un notario, cada vez se elige más esta opción, porque es más sencilla y más cómoda” ha detallado en la Cadena SER.
Una ley de muerte digna regularía el derecho de las personas a una muerte sin dolor y garantizaría el amparo de los profesionales. Una normativa con la que ya cuentan comunidades vecinas como Asturias o el País Vasco.
Sin embargo, el Gobierno de Cantabria “prefiere esperar para evitar entrar en contradicción con la norma estatal”. Eso no quiere decir, que la Comunidad “no haya adoptado medidas para facilitar ese derecho”, por ejemplo, con la actualización de su Programa Integral de Atención Paliativa. “Lo que tiene que tener una persona en el momento final de su vida es una atención de acompañamiento y de atención sanitaria de los síntomas que generan sufrimiento y eso lo tenemos con la extensión de la Atención Domiciliario y con el apoyo de los equipos de cuidados paliativos a los equipos de atención primaria” ha defendido Mora.
Con una ley, se trataría de exonerar de responsabilidad penal a quien ayude a morir a una persona con una enfermedad terminal o incurable que le provoca sufrimiento físico o psíquico grave. Y es aquí donde está la clave del debate. Cómo saber cuándo se está ante el punto de no retorno, dónde marcar el límite en el que ya nada se puede hacer por una vida. Gervasio de Santiago, presidente de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Cantabria, insiste por ello en que es “fundamental la formación en cuidados paliativos”. De Santiago asegura que el debate sobre la eutanasia no está en la calle porque la población no pide tanto una ley, como que la atención sanitaria sea la adecuada en cada momento.
Por último, la secretaria autonómica del sindicato de enfermería Satse, María José Ruiz, ha pedido en la Cadena SER que se regule cuanto antes, para evitar situaciones de conflicto para el colectivo. “Creo que es muy importante llegar a un acuerdo para que cuanto antes exista esa ley, porque hay enfermedades en las que el paciente sufre muchísimo y lo único que quiere es acortar su vida y que sea una ley garantista para que tampoco nos haga ser un mini-dios, que esté todo muy bien regulado” ha concluido Ruiz.