Envenenar a Mallorca desde dentro
Una red de personas incalificables ha trabajado desde Mallorca para hundir a Mallorca, mientras vivía en Mallorca
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PALMA
Una red de personas incalificables ha trabajado desde Mallorca para hundir a Mallorca, mientras vivía en Mallorca.
No me refiero por una vez a los políticos, sino a la trama delictiva según la Guardia Civil que invitaba a los turistas a denunciar falsas intoxicaciones alimentarias.
La banda cobraba de las indemnizaciones por las diarreas falsas, las vacaciones les salían gratis a los turistas.
La existencia de este grupo presuntamente criminal queda demostrado porque, al detener a sus cabecillas, desaparecieron como por ensalmo los centenares de falsas intoxicaciones.
Esta repulsiva trama daña en primer lugar los beneficios hoteleros, mermados en decenas de millones de euros y que, ya me lo perdonarán, no constituyen mi preocupación primordial.
En segundo lugar, la pandilla amenaza los puestos de trabajo de miles de trabajadores de hostelería, que se esfuerzan por cumplir con los reglamentos de alimentación en condiciones a menudo infrahumanas.
Y en tercer lugar, estos bárbaros dañan irreversiblemente la imagen de Mallorca, un acto criminal que debería provocar manifestaciones.
La Guardia Civil coloca al frente de esta cuadrilla a la inglesa Laura Cameron, detenida en su momento en su elegante casa de Bendinat y que reconoce que traficaba con los datos privados de turistas.
La pregunta que la jueza no le formuló es ¿por qué?, ¿qué le ha hecho a usted Mallorca para que la maltrate así?
Mallorca no es la isla de la calma, es la isla de la paciencia.