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Hernán Cortés y el cine Metropol

El Cine Metropol, una de las salas de cine más emblemáticas de nuestra ciudad durante el siglo XX, testigo de una sociedad orgullosa de su historia, estaba situado en la calle Hernán Cortés

Hernán Cortés y el cine Metropol

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Valencia

La calle de Hernán Cortés fue junto a la de Isabel la Católica, la primera en urbanizarse del primer ensanche de Valencia. En 1928, el erudito valenciano Godofredo Ros afirmaba, al referirse a la calle del conquistador extremeño, que esta debía su nombre a una instancia presentada por varios vecinos el día 27 de noviembre de 1878. Efectivamente, aquel día, los vecinos del incipiente y entonces conocido como barrio de Colón, entre los que se encontraba el propio Cirilo Amorós, elevo una petición al Ayuntamiento para que “ponga nombre a las calles trasversales que cruzan desde Colon hasta la calle del Puerto desde la ex puerta de Ruzafa hasta la ex puerta del Mar”. Es decir, pedían que las primeras calles proyectadas del conocido como Ensanche Noble fuesen rotuladas para poder registrar los solares urbanos y los nuevos edificios que allí se estaban levantando.

Pero la afirmación de Godofredo Ros no era del todo cierta, ya que en esa instancia en la que los vecinos propusieron varios nombres para cada una de las primeras calles del ensanche, no se encontraba el de Hernán Cortés. Según aquella relación de nombres, los vecinos propusieron que “a la primera travesía, empezando desde la ex puerta de Ruzafa, se le nombrase Rey de Artieda, a la segunda Del Castillo, a la tercera Boix, a la cuarta Isabel la Católica, a la quinta Camarón o Violante de Hungría, a la sexta de Ciscar, a la séptima prolongación de Juan de Austria y a la octava de Esteve”.

La Comisión de Estadística del Ayuntamiento recogió el guante de los vecinos, pero alteró la lista de nombres propuestos a su antojo. Es el secular problema que ha sufrido el nomenclátor urbano de nuestra ciudad al carecer de un proyecto serio de toponimia urbana, como sí han tenido otras ciudades españolas y europeas. Y así es como se decidió que “…la calle en construcción en el camino de la Parreta, que partiendo de la calle Colón terminará en la del Puerto se denomine de Isabel la Católica en memoria de tan gran reina; y la calle paralela a la anteriormente expresada siguiendo en dirección a la ex puerta de Ruzafa se llame de Hernán Cortés, en recuerdo del célebre guerrero español conquistador de Méjico (sic)”.

No abundaré más en quién fue Hernán Cortés, el tan renombrado y estudiado, como bien dice el expediente de rotulación, conquistador de Méjico (sic). Pero sí que me detendré en la calle Hernán Cortés como espacio de la memoria. Como espacio que nos relata la historia de nuestra sociedad, sus orígenes y sus épocas de esplendor y decadencia. En esta calle por ejemplo, chaflán con Cirilo Amorós, vivió y murió precisamente el Gobernador Civil que da nombre a la vía, Cirilo Amorós Pastor, en una casa donde en 1890 se colocó una placa en su honor recordando este hecho. Hoy ya no existe ni la placa ni la casa de tan célebre patricio valenciano. Adiós al relato. Adiós a un pedazo de nuestra memoria histórica colectiva.

La calle de Hernán Cortés, como hemos dicho, fue una de las primeras en urbanizarse del ensanche noble de Colón y donde se levantaron los primeros edificios de uso residencial de una tipología muy característica de finales del siglo XIX, de los cuales hoy apenas quedan ejemplos. Uno de estos edificios, el del número 9; fue reformado en 1934 por el prestigioso arquitecto Javier Goerlich a instancias del también reconocido editor Vicent Miquel Carceller para convertirlo en el que fue durante 70 años el renombrado y popular Cine Metropol. Hoy, con el cine Metropol y con el edificio que lo alberga, nos quieren hacer como con la casa de Cirilo Amorós y como con el Banco Hispano Americano y como con decenas de palacios, edificios y rincones de nuestra ciudad que fueron arrasados en pro de un falso discurso de modernidad, y que hoy tan bien nos habrían venido para tejer, cohesionar y transmitir el sentimiento de valencianidad y de pertenencia a este colectivo.

No queremos una ciudad despersonalizada atravesada por calles anodinas y decorados de cartón piedra. No podemos seguir dejando perder nuestro patrimonio cultural, histórico y comunitario. Queremos pasear por Hernán Cortés y poder decir: “Aquí está el Cine Metropol, una de las salas de cine más emblemáticas de nuestra ciudad durante el siglo XX, testigo de una sociedad orgullosa de su historia”.

 

 
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