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Feria de Abril

Oreja para Manzanares, un espejismo en una mala corrida de Juan Pedro

Hasta ocho toros saltaron al ruedo de la Maestranza, donde Enrique Ponce y Ginés Marín se fueron de vacío

Manzanares con la oreja que le cortó al segundo toro de la tarde / @maestranzapages

Manzanares con la oreja que le cortó al segundo toro de la tarde

Sevilla

La oreja que le ha cortado José María Manzanares al primer toro de su lote, segundo de la tarde en el festejo de Feria celebrado este Viernes de Farolillos en la Real Maestranza, terminó siendo un espejismo o, si lo prefieren, un oasis en el desierto de mansedumbre que fue la corrida de Juan Pedro Domecq en la que Enrique Ponce y Ginés Marín se fueron de vacío.

  • ficha del festejo

Ponce empezó la tarde pegándose un serio arrimón ante su primero, un toro que no transmitió absolutamente nada y al que despachó de pinchazo bajo y media estocada. Al cuarto lo lanceó con gusto a la verónica, aunque el animal pronto mostró su preferencia por los terrenos de tablas. Allí logró Ponce un par de series por el pitón derecho ante de que el toro se apagara. A este lo finiquitó de media caída.

Lo más destacado de la tarde llegó en el segundo, de nombre Manzanilla, al que Manzanares templó de salida a la verónica. Paco María protagonizó un gran tercio de varas y más que notables fueron las tres verónicas y media del quite de Ginés Marín. La faena de muleta del alicantino fue tan pausada y templada que sacó el buen fondo que tuvo el de Juan Pedro, al que remató de gran estocada para cortar la única oreja del festejo. En el quinto, otro toro mansito, pareció que se repetía la historia, pero tras las dos primeras series el animal fue a menos y se puso complicado para entrarle a matar hasta el punto de que Manzanares lo pinchó en seis ocasiones.

El primer toro de Ginés Marín, el tercero de la tarde, tuvo cierta calidad, pero pronto perdió el fuelle en la muleta. Antes, el jerezano lo templó a la verónica y Ponce quitó por chicuelinas después de que el animal derribara al caballo en la primera vara. Brindó Marín su faena al futbolista Sergio Ramos, presente en el callejón, y tras dos series entonadas, tragó en las cercanías del toro cuando este comenzó a pensárselo. Pinchazo y estocada casi entera fue su actuación con los aceros. En el sobrero de sobrero que se lidió en sexto lugar, nada que hacer pese al brindis al respetable ante un animal de poca fuerza, desclasado y que terminó rajado.

 
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