Eclipse de Sanz
A Coruña
Me he resistido a escribir esta entrada en varias ocasiones. Quise pensar que no era más que un bache, algo temporal, pasajero, transitorio… pero son ya muchos los partidos en los que no reconozco a Jorge Sanz. El base madrileño que llamaba con insistencia a las puertas de la liga ACB en el primer tercio de competición ha sufrido una desgraciada transformación y se ha diluido cual azucarillo.
Lo primero que se me pasó por la cabeza, hace ya unos meses, fue pensar en que la llegada de Zach Monaghan lo había eclipsado. La verdad es que un astro que desprende tanto brillo como el estadounidense puede hacer pasar desapercibido a cualquier compañero (volvimos a experimentar esta sensación el pasado domingo en cancha del F.C. Barcelona Lassa), por muy bien que éste lo haga, pero lo cierto es que Sanz aún rindió a gran nivel durante varias semanas después de la incorporación del mago de Illinois (recordemos que Zach aterrizó en A Coruña para debutar en la séptima jornada de competición).
Los números no mienten y aquí los presento para que comparéis y lleguéis a conclusiones.
Estadísticas primera vuelta
Jugó 17 partidos. Anotó un promedio de 9 puntos, con excelentes porcentajes (69’4% en lanzamientos de dos puntos, 37% en triples y 91’9% en tiros libres), 4’5 rebotes, 5’3 asistencias y 17’2 créditos de valoración en 26’9 minutos.
Estadísticas segunda vuelta
Ha participado en 11 encuentros (se pierde dos por lesión/enfermedad) con promedios de 3’5 puntos, con un 46’2% de acierto en tiros de dos, 12’5% en triples y 41’7% desde la línea de personal, 3’4 rebotes, 3’1 asistencias y 6’9 créditos de valoración en 21’3 minutos.
Variación
-5’5 puntos (-23’2% en tiros de dos, -24’5% en triples, -50’2% en tiros libres), -1’1 rebotes, -2’2 asistencias, -10’3 créditos de valoración, -5’6 minutos.
Los datos son concluyentes. La influencia de Jorge Sanz en el juego del conjunto naranja ha descendido de manera alarmante y, lo que es peor, el jugador desprende la sensación de haber perdido la confianza en su juego. Sanz no asume riesgos (de ahí su excelente dato en balones perdidos: 28 pérdidas en 28 partidos), no es agresivo, renuncia a lanzamientos cómodos, cuando tira lo hace sin convicción…
Lo positivo de todo esto: sabemos el nivel que puede darnos. Lo demostró a principios de temporada. Sólo tiene que recuperar la autoestima, no se le ha olvidado cómo se juega al baloncesto.
Necesitamos recuperar al mejor Jorge Sanz para afrontar los playoffs. Sirvan de revulsivo estas líneas porque yo confío en que la mejor versión del número 6 del equipo coruñés está por llegar y que lo hará pronto, en las filas del Leyma.