Problemas para la huella digital

Bilbao

Ojo al zasca de la Agencia vasca de protección de datos al Gobierno, que, a partir de abril, pretende identificar con la huella digital a los usuarios de Lanbide.

Margarita Uria dejó claro ayer en el Parlamento que la huella digital no puede ser obligatoria. El nuevo reglamento europeo de datos, muy garantista, exigirá a partir de mayo consentimiento previo explícito de los afectados. Uria cree excesivo identificarnos con nuestra huella, única. Y advierte de los riesgos: en caso de ataque informático, por ejemplo, en los gimnasios donde se usan, la huella digital y su usuario quedarán comprometidos en todos los servicios donde la usen.

A partir de aquí, dos consideraciones: más allá del argumento de la estigmatización, aquí hay otro obstáculo para la huella digital.

La segunda es más que una anécodta. Al comparecer Uria nos enteramos por las quejas de una parlamentaria que la Cámara pedirá la huella a sus señorías para aparcar en el Parlamento. "Tendremos que darle una vuelta", dijo, al conocer lor riesgos.

A eso se llama subjetividad. Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros. Cuando te toca de cerca, entonces lo entiendes.

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