No es tópico: vida o muerte

Valencia

Partido a vida o muerte. No hace falta poner un asterisco para recordar que hablamos en términos futbolísticos. Pero es el titular que más se ajusta a la situación previa del Levante en general, pero sobre todo de Muñiz en particular, de cara al partido ante el Espanyol. De nuevo los resultados de abajo siguen favoreciendo a los granotas, con la derrota del Málaga y el empate del Deportivo ayer, pero los de Muñiz tienen en su mano evitar caer en el pozo ganándole al Espanyol sin tener que esperar a lo que haga Las Palmas en Vigo en el partido que cierra la jornada este lunes.

Así pues, al Levante todavía le quedan varias oportunidades para salvar el cuello pero quien parece haber agotado todos los comodines es Muñiz, que llega con su última bombona de oxígeno tras una larga racha de partidos sin ganar (sólo uno en más de una vuelta) y una semana de momento trágica, con las derrotas ante el Real Betis y el Alavés, cuando todos los focos le han alumbrado a él tras la ratificación de días atrás.

Y el destino ha querido que Muñiz se la juegue ante su afición, esa misma que hace unos meses vivía feliz con el Levante disparado que conducía el asturiano pero que ha terminado convirtiendo un partido granota en una pesadilla, como se pudo comprobar en la última cita ante el Betis, cuando los que se quedaron hasta el final en Orriols despidieron al equipo y al entrenador con pitos y gritos de “fuera, fuera”.

Para este examen final, Muñiz pierde por lesión a Postigo y Toño García, que se unen a las bajas por sanción de Lerma y Chema. Todo apunta a que el asturiano alineará a Oier bajo palos; una zaga formada por Coke, Rober Pier, Cabaco y Luna; Doukouré y Lukic serán los encargados de la manija, con Jason y Morales (ambos llegan justos pero están listos) en las bandas; y falta por ver cómo resuelve la duda que se le presenta arriba en cada partido, ya que Roger se antoja indiscutible a falta de saber si le acompará Pazzini o Boateng, ambos por delante de Sadiku.

El rival, un enrachado Espanyol, que acumula cinco partidos sin conocer la derrota, incluyendo dos citas de órdago: el empate ante el Barça y la reciente victoria del martes ante el Real Madrid, que le hace llegar con la moral por las nubes. Quique Sánchez Flores se deja en Barcelona a los lesionados Sergio Sánchez y Jairo Morillas, junto a los descartes Javi López y Hermoso. Y todo apunta a que apostará por Diego López bajo palos; una línea de cuatro atrás formada por Navarro, David López, Óscar Duarte y Aarón; con la Roca Sánchez y Víctor Sánchez en el doble pivote; Darder en una banda y Piatti en la otra; con la pareja en la delantera Baptistao-Gerard Moreno.

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