La postdemocracia
La Firma de Eduardo Nieto
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Palencia
Eufemismo, que, como tantos otros, aspira a convertirse en un neologismo para camuflar la realidad, desdramatizando la auténtica situación. El aburrimiento que nos produjo la postverdad durante unos meses, fórmula para narrar la realidad a la manera de cada cual, o sea a mentir, da paso a esta y otras similares.
La democracia no es un fenómeno estático. No existe. Se hace día a día. La podremos vestir de participativa, representativa, o atribuirla cualquier adjetivo biensonante, hasta orgánica. ¿Se acuerdan? Pues aquella democracia orgánica no era otra cosa que una dictadura fascista. Quién lo diría. Con su “representación” por tercios, sus Cortes, su bandera, su himno, etc., que son, en su mayoría, los mismos de ahora, por cierto. Y se lo creían. Y nos lo creemos.
Y de pronto, aparecen “los intocables”, sin Elliot Ness. Se puede blasfemar como carreteros, que se decía. Ya no quedan. Acordarte del santoral en cualquier tono vituperable, pero no me toques el ala derecha que te Valtonic, Fariña, Arco o titiritero, ¡hale, trincado!” Es para defender la democracia” afirma el juez, creyendo su misión redentora de un “demócrata militante”. ¿Por qué no se conformará con ser profesional?
Corre por las redes una reedición sobre el bochornoso ridículo del intento de golpe de Estado del 23-F del 81, en la que D. Sabino Fernández Campo, jefe de la casa real, traduce las expresiones de su jefe inmediato. “Eso no estaba previsto” grita éste al “enterarse” de las ráfagas en el Congreso. A lo que D. Sabino pregunta: “Qué es lo que no estaba previsto?” Incluso, brindaron. Son recuerdos de 2013, que le llevaron a abdicar. Y ahora son 4. Pero la Constitución lo dice bien claro: “Son inimputables” y al parecer innombrables.
Es eso democracia o postdemocracia. ¿Que pululen cantidad de pájaros de alto rango condenados por diversas tropelías sin devolución o con fianzas ridículas que a la postre les compensa seguir “dando ejemplo”, se puede llamar democracia?¿Y todavía 4 millones de personas en paro, sin contar las desesperanzadas? Repasemos con tranquilidad los hechos.
Construyamos con comportamientos de saludable naturaleza de justicia social un gobierno popular, que es la democracia, porque se nos va por el sumidero y las lamentaciones posteriores son inútiles. Es posible.