Talón de aquiles
A Coruña
El pasado viernes el Leyma Coruña consiguió una balsámica victoria ante un rival directo al que deja atrás en la lucha por acabar la liga en puestos de playoffs. En el Barris Nord de Lleida el equipo coruñés supo sobreponerse a su inferioridad bajo los tableros paraanotarse la duodécima victoria de la temporada y afianzarse en el séptimo puesto de la clasificación.
Dmitry Flis sostuvo al Leyma durante muchos minutos con su anotación y Zach Monaghan volvió a vestirse la capa de Superman en el último cuarto (15 puntos sumó el mago de Illinois en los últimos diez minutos) para guiar a los naranjas a un nuevo triunfo y cortar así la racha de dos derrotas consecutivas.
Pese al triunfo, el partido del viernes no nos deja tranquilos. Una vez más el acierto desde fuera del arco (40% de acierto) fue fundamental para el éxito de los nuestros y, de nuevo, tuvimos un grave problema para cerrar el rebote defensivo. En este sentido, el encuentro dejó un dato curioso y, a la vez, alarmante: todos y cada uno de los jugadores del Actel Força Lleida que participaron en el encuentro consiguieron, al menos, un rebote ofensivo.
La estadística final recoge 14 rebotes ofensivos en el haber del Actel Força Lleida, mientras que el Leyma Coruña sólo pudo capturar 17 rebotes defensivos. En el total de rebotes, la estadística es aún más cruel con los nuestros: los catalanes sumaron 41 rebotes, mientras que los coruñeses sólo consiguieron 22 capturas.
El rebote defensivo se ha erigido en el gran talón de Aquiles del conjunto herculino en las últimas jornadas. Lo comprobamos en la última cita en Riazor, ante el C.B. Prat, y este fin de semana en tierras ilerdenses. En los últimos dos partidos el Leyma Coruña sólo ha conseguido recoger el 52’7% de los rechaces que se produjeron en su propio aro, concediendo a su rival segundas opciones de tiro en un 47’3% de sus ataques. Son demasiadas segundas opciones que se traducen en puntos para el contrario, un enorme castigo que ha llegado, en muchas ocasiones, y sobre todo en el partido de Lleida, después de haber praticado buenas defensas (aunque una defensa no debería terminar hasta que recuperas la posesión del balón).
Esta debilidad en el rebote defensivo, como decía, se ha visto acentuada en las últimas semanas.A lo largo de la temporada, los registros en rebotes defensivos del Leyma Coruña no son tan pobres, si bien deberían mejorar. Hasta la fecha, el equipo coruñés ha sumado 526 rebotes defensivos y ha concedido a sus rivales 221 rebotes ofensivos. Esto significa que captura un 70’4% de los rebotes que se producen en su zona y concede a sus oponentes un 29’6% del total de los rebotes; casi un 30% de rebotes ofensivos, una cifra para tener en cuenta, detenerse a reflexionar y buscar soluciones.¿Cuáles son las causas de esta endeblez en el rebote? ¿Es un problema individual o colectivo? ¿Qué se puede hacer hacer para combatirla?
Repasemos las cifras reboteadoras de los jugadores del plantel del Leyma Coruña:
JUGADOR | REBOTES POR PARTIDO |
Eduardo Hernández Sonseca | 5’6 |
Jonathan Gilling | 4’3 |
Jorge Sanz | 4 |
Sergio Olmos | 4 |
Jesse Chuku | 3’8 |
Dmitry Flis | 3’8 |
Zach Monaghan | 2’3 |
Trevor Cooney | 1’8 |
Ángel Hernández | 1’6 |
Mike Torres | 1’1 |
Pablo Ferreiro | 1’1 |
Larry Abia | 0’3 |
Llama poderosamente la atención la presencia de dos jugadores exteriores (el alero Gilling y el base Sanz) entre los tres máximos reboteadores del equipo. Los registros de nuestros hombres altos (salvo Sonseca, que últimamente ha bajado sus cifras debido a las molestias físicas que le hacen jugar mermado) están por debajo del mínimo exigible a un jugador que se desenvuelve en las proximidades de la canasta.
El talón de Aquiles del Leyma Coruña ha quedado al descubierto. Sus rivales conocen esta flaqueza e intentan explotarla, aprovecharla. Esperemos que al equipo coruñés no le suceda lo que al héroe heleno en el asedio de Troya, que sepa proteger su punto más débil, neutralizar los ataques de sus oponentes y que salga victorioso de las próximas batallas. El viernes, nos visita el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, en Riazor.