El 36 por ciento de los investigadores del CEDER de Lubia son mujeres, con mayor paridad en la unidad de biomasa

Soria

El Centro de Desarrollo de Energías Renovables, el CEDER de Lubia, celebra hoy el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia abriendo sus puertas a los escolares y dando a conocer la labor de las investigadoras que trabajan en el centro. La plantilla asciende en este momento a 51 personas, y la actividad ha aumentado en los últimos años, también con la participación de las mujeres.

El 36 por ciento de los 51 empleados que componen la plantilla del CEDER son mujeres. En la unidad de investigación aplicada de biomasa el 52 por ciento de los trabajadores son mujeres con un alto equilibrio; en administración y servicios, el 80 por ciento son hombres y el 20 por ciento mujeres; y en las unidades científicas la paridad se aproxima. El director del CEDER, Miguel Latorre, insiste en que “los cargos de liderazgo continúan estando ocupados mayoritariamente por hombres”.

Aunque Latorre explica que “la educación en igualdad académica está cambiando la tendencia a la hora de que las jóvenes estudien carreras relacionadas con la ciencia y la investigación, aunque queda mucho por hacer”. Aclara que hay buenas investigadoras, “pero la baja tasa reposición impide su incorporación a los centros españoles”.

La brecha salarial, que está erradicada por completo en la administración, sí permanece en las empresas privadas; otro flanco, dice Miguel Latorre, que habría que atacar para la normalización de la entrada de investigadoras al mundo laboral.

El 63 por ciento de los españoles cree que las mujeres no sirven como científicas de alto nivel, solo el 18 po0r ciento de los premios recae sobre ellas y solo el 3 por ciento son premios Nobel. Mientras el porcentaje de mujeres en las carreras de ramas de arte y humanidades es del 61 por ciento -del 60 por ciento en ciencias sociales y jurídicas- en las ingenierías y arquitectura tan solo representan el 26 por ciento, y el 51 en otros estudios de ciencias. El problema no está en el contenido de los estudios, según los expertos, sino en la falta de visibilidad de referentes del sexo femenino que ayuden a desterrar las inferioridades psicológicas frente el sexo masculino.

Tanto es así que los resultados de las niñas son mejores en la mayoría de las asignaturas, incluidas las matemáticas y las ciencias, en los colegios, pero el efecto del sesgo positivo hace que se sientan inferiores; el sesgo positivo se refiere a que las mujeres tienden a autoevaluarse con criterios más ajustados a la realidad mientras que los hombres tienden a creer que lo hacen mejor de lo que la realidad indica. Un complejo de perfeccionismo que conlleva a una mayor exigencia.

El Ceder de Lubia, dependiente del CIEMAT, del Gobierno Central, ha doblado su plantilla en los últimos 10 años a pesar de los recortes en investigación que se han producido como consecuencia de la crisis. En el centro de soriano no sólo se ha duplicado la plantilla sino que se han podido ejecutar sus planes específicos. En este momento desarrolla dos proyectos en torno a cultivos energéticos para biomasa, otro sobre combustión, gasificación y el análisis de partículas, dos iniciativas relacionadas con la preparación y acondicionamiento de este aprovechamiento maderero y varios proyectos de energía eólica y microrredes.