'Otro pequeño paso hacia la iguadad'

Huelva

Estamos de enhorabuena. Los organizadores del Mundial de Fórmula 1 han decidido que, desde el inicio de las rondas de 2018, las chicas no estarán en su parrilla, ni junto a los pilotos, ni sujetando las sombrillas. Esto, sin duda, supone un cambio estético más en el largo camino hacia la igualdad, hacia la eliminación progresiva de una utilización de la imagen femenina que contribuye en alto grado a la cosificación de la mujer. Tendríamos que dejar de ver estas imágenes en todos los escenarios en los que el papel de la mujer es exclusivamente un reclamo. Y esto es muy fácil de identificar, basta imaginar el mismo escenario sustituyendo a las mujeres por varones ataviados con atuendos sugerentes para darse cuenta de lo que es posible prescindir.

En este largo camino que nos queda por recorrer es preciso eliminar también muchos otros estereotipos. Todavía hay empresas que obligan a las mujeres a vestir de forma diferentes a los varones para desempeñar una misma tarea; determinados reclamos publicitarios son dirigidos exclusivamente para varones, en horas en los que se supone que estos están ante las pantallas, por ejemplo los relacionados con los automóviles; por el contrario, otros, relacionados con las tareas domésticas, están claramente dirigidos hacia la mujer.

La mujer ha demostrado con meridiana claridad que está preparada para ejecutar cualquier tarea con, al menos, el mismo grado de efectividad que el varón; lejos queda la idea de sexo débil que incluso la RAE (que paradójicamente sigue definiendo así a la mujer) admite como término despectivo. Por eso es preciso seguir trabajando para que la mujer pueda ocupar en la sociedad el mismo papel que hoy ocupa el varón y pequeños gestos como el de la F1, aunque (insisto) cosmético, también contribuye a ello.