La permacultura favorece una existencia sana y sostenible
León
Tras millones de años sobre este planeta y una evolución humana notable para bien y para mal, Masanobu Fukuoka, agricultor, biólogo y filósofo japonés de principios del siglo XX, divulga la recomendación de vivir de manera más respetuosa con el entorno. Poco después, a finales de la década de los 70, los australianos Bill Mollison y David Holmgren, recogen el testigo y promueven el diseño de una organización social de desarrollo integral, basado en el comportamiento de la naturaleza. Esta práctica, la “permacultura”, factible en los ámbitos de la economía, la agricultura, la ingeniería, la arquitectura, el medio ambiente, etc., permite el uso y disfrute de todos los recursos necesarios evitando al máximo el posible deterioro.
La ecología, es decir, la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí, y con el medio en el que habitan, está en la base de esta iniciativa. En una Tierra enferma no es posible el progreso, por ello la permacultura recomienda: dedicar tiempo para aprender de la complejidad y sabiduría de la naturaleza, idear sistemas de almacenamiento de recursos de modo sostenible, rebajar nuestro comportamiento consumista, convertir los residuos en nuevos y útiles elementos, integrar las diferentes funciones de cada elemento, o apreciar la importancia y la bondad de las soluciones lentas y pequeñas. Y todo ello ya es real en Naredo de Fenar (León), porque Enrique Garzo Cano, biólogo, ecologista y permacultor, ha decido vivir de acuerdo con la naturaleza.
Enrique Garzo, promotor de la permacultura en León
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