Foam roller, un aliado en tus entrenamientos
Te enseñamos a sacarle el máximo partido a esta herramienta que puedes introducir en tus rutinas en el gimnasio
Alicante
Obtener el máximo partido a los entrenamientos, prevenir lesiones y favorecer la recuperación configuran tres de los objetivos más frecuentes cuando realizamos ejercicio. Una herramienta que podemos usar, que es relativamente económica y que puede ayudarnos a mejorar nuestros entrenamientos es el foam roller.
Se trata de un rodillo de espuma de liberacion miofascial con el que podemos aumentar nuestra movilidad y favorecer la recuperación. Sobre él hablamos con Jorge García, experto en alto rendimiento y profesor de la UNIR.
¿Qué es? Es un aparato de forma cilíndrica acolchada. Es como un rulo gigante. Hace unos años era difícil de encontrarlo, ahora prácticamente todas las tiendas que tienen material de entrenamiento deportivo tienen también foam rollers.
Tipos. Los mejores son los que llevan un tubo de plástico acolchado, principalmente porque no se deforman y acaban siendo más duraderos. En cuanto al tamaño, bajo mi punto de vista, lo mejor es comprar el de tamaño medio. En alguna tiendas hay opciones de este tipo de rulo con una bola para el masaje y un stick o palo de masaje.
¿Para qué sirve? En realidad el concepto no es nuevo. Como bien dice el profesor en fisioterapia de La Salle, Raúl Ferrer, es lo mismo que llevan los fisioterapeutas recomendando con una bola de tenis. Las investigaciones al respecto comienzan a ser claras. Por ejemplo, en una investigación realizada por el grupo de investigación Motion in Brains, concluyeron que era muy beneficioso para la reducción de las "agujetas" (DOMS). En este sentido, coincide también una de las personas que están investigando con más profundidad el uso del foam, el brasileño Estêvão Monteiro. Según Monteiro, se usa, además de la reducción de las agujetas, para ganar movilidad, es decir, nos vuelve más flexibles.
¿Quién debería usarlo? Cualquier persona que realice ejercicio puede verse beneficiada por su uso.
Cómo hacer un buen uso, antes y después de entrenar. Como bien comenta Monteiro, depende del objetivo. Para agujetas deberíamos usarlo después de entrenar, incluso podemos hacer una sesión de recuperación con el foam. La duración sería de unos 20 minutos. Si lo que buscamos es aumentar nuestra movilidad de manera que podamos movernos mejor durante el ejercicio o la práctica deportiva, el foam se usará al principio del calentamiento, durante unos 90 segundos por zona a trabajar. Por otro lado, no hace falta morir de dolor al realizarlo. En este caso los investigadores concuerdan en que más no es mejor. Una molestia aceptable (3 sobre 10 comenta Raúl Ferrer) sería la indicada.
Sara Tabares es entrenador personal en Valencia y directora de PERFORMA ENTRENADORES PERSONALES