El ruido y los escualos
El ruido y los escualos. 10.01.17
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PALMA
Manuel Vázquez Montalbán definió con una imagen literaria lo que debería significar el cambio cuando gobierna la izquierda: "El sordo rumor de la quilla cortando el agua, que sólo saben distinguir los escualos". Enric Juliana recupera la frase de Montalbán en su imprescindible libro "Modesta España" y la resume en "Trabajar, trabajar y trabajar y no hacer más ruido que el estrictamente necesario".
En los próximos meses, el Govern va a tener que administrar con cautela diversos frentes abiertos susceptibles de generar ruido. El requisito del catalán en la sanidad es uno. También el acceso a la vivienda y todos los derivados de la saturación turística. Pero hay otros que tienen que ver con la situación interna de los socios del Pacte.
Armengol tiene controlado el PSIB y por eso no sólo evita traspasar los posibles problemas de su partido al Govern sino que ha trazado el camino contrario: ha colocado a sus consellers de confianza en la cúpula de los socialistas de las Islas. El ruido puede venir de Més. Bel Busquets lo tiene dificil en el Govern, donde su sintonía con Armengol es practicamente nula. Su partido la ha colocado de vicepresidenta y consellera porque el sector mayoritario 'pesemero' no quiere a Fina Santiago de candidata para 2019. A Santiago, el activo más sólido de Més según reconoce incluso la propia oposición, no le han perdonado todavía su escrito en facebook pidiendo perdón por el caso Contratos. Ya se retiró una vez de la primera línea política hasta que la vinieron a buscar para repetir como consellera. Tras la alborotada sucesión de Barceló, si no se ha ido ya Santiago es por su compromiso con el Govern, aunque algún cargo público del PSM todavía sigue empujándola a luchar por la candidatura al Consolat.
En Podem, la sintonia entre Jarabo y Camargo es similar a la de Busquets y Armengol, aunque calmadas definitivamente sus ansias de entrar en el Govern, se han puesto el traje institucional. Con su contribución a la plácida aprobación de los presupuestos y su paso al lado en la crisis de la sucesión de Barceló, los podemitas parecen dispuestos a contribuir a la unidad del Pacte. Al menos, de momento
Este Govern de izquierdas ha hecho más ruido del necesario hasta ahora. Del ruido que sea capaz de evitar dependerá su futuro de aquí a 17 meses, cuando se celebren las elecciones autonómicas y municipales de 2019.