Hasta mañana si Dios quiere
Lo mejor del periodismo es que no puedes hacer planes. En la vida también conviene evitarlos
PALMA
Buenos días. Sería fácil alcanzar el consenso de que Albert Camus es el pensador más influyente del siglo XX.
Incluso podemos convenir en que Camus es el pensador del XX que proyecta una sombra más alargada en el XXI.
Nos afecta porque su nombre completo era Albert Camus Sintes.
Es decir, la mitad de la sangre que corría por sus venas era menorquina, de inmigrantes de la isla balear a Argelia.
Camus Sintes murió el 4 de enero de 1960, tal día como mañana, en un accidente de tráfico absurdo como todos.
Poco antes de fallecer había enviado una carta a la actriz española María Casares, con la que mantuvo una relación apasionada.
Camus le escribía que “podríamos quedar para cenar juntos el viernes”.
Sin embargo, el pensador añadía cauteloso que “digamos que quedamos en principio, para tener en cuenta los azares de la carretera”.
La carretera acabó imponiéndose a los designios humanos.
La cena malograda es el testimonio de la fragilidad que un intelectual de origen balear no podía olvidar.
Lo mejor del periodismo es que no puedes hacer planes.
En la vida también conviene evitarlos.
Hasta mañana, en principio.