Los diabéticos sufren la mala calidad de las agujas del Salud
Los aragoneses con diabetes denuncian los hematomas y el dolor que les producen las agujas suministradas por el Servicio Aragonés de Salud. Las asociaciones están registrando casos de niños diabéticos que se niegan a ponerse la insulina
Zaragoza
Pésimas. Así describe la Asociación de Diabéticos de Zaragoza las agujas que les están dando en sus centros de salud. Se están registrando casos de personas diabéticas que se saltan comidas para evitar pincharse con esas agujas y de niños que necesitan la insulina para vivir y se niegan a ser pinchados porque “les duele cuando la aguja se estanca y les rasga la carne”.
“Yo ya no meriendo ni almuerzo, así evito dos pinchazos”, cuenta Irene Gabás, de 32 años, diabética desde el 2001. Se pincha una media de cuatro veces al día y asegura que lo pasa realmente mal: “no están bien afiladas ni bien lubricadas, y eso se nota en que la aguja atraviesa la piel y rompe las distintas capas”.
No como hidratos y, a cambio, no me pinchas
Miguel, de diez años, diabético desde los ocho, le ha pedido ya varias veces a su madre, Blanca Olivano, que no le pinche, pero es imposible: necesita la insulina para vivir. También le ha propuesto a su madre no comer hidratos para evitar los pinchazos, pero, para Blanca, eso es una barbaridad: “tiene que crecer”.
Tras casi rogar en su centro de salud, la madre de Miguel ha conseguido que le den otra marca, Droplet, que califica simplemente de “pasable”. El pasado verano, el Salud aragonés adjudicó a la empresa Izasa el suministro de agujas para niños, y a Enol, el suministro de agujas para adultos; ambas para un periodo de cuatro años.
La DGA, comprobando las deficiencias
José Antonio Saz, diabético desde hace cincuenta años y asesor médico de la Asociación de Diabéticos de Zaragoza, asegura que las agujas producidas por Izasa y Enol no están bien afiladas, se doblan con mucha facilidad y algunas salen obstruidas, impidiendo el flujo de insulina.
El pasado 15 de noviembre, representantes de las asociaciones aragonesas de diabéticos y el director gerente del Salud se reunieron para abordar el tema. Fuentes del Gobierno de Aragón aseguran que ya se han puesto en contacto con las empresas adjudicatarias y que están comprobando las deficiencias denunciadas.
Una vez confirmado, no descartan “aplicar medidas para solventar el problema”. La revocación del contrato o la co-adjudicación, podrían ser algunas de esas soluciones. Adjudicar el servicio a una segunda empresa, manteniendo el contrato de la primera, ya se ha llevado a cabo en la Comunidad Valenciana.
Que se adjudique a la empresa de Fraga
Las asociaciones piden a la DGA que deje de ahorrarse dinero a costa de su calidad de vida y que compre de una vez agujas de la empresa Becton Dickinson, asentada en Fraga. “Son las que suministraban antes, iban decentemente y supondrían una diferencia económica de 53.000 euros al año. Si consideramos que unos 30.000 aragoneses nos inyectamos insulina, saldría a uno o dos euros más por diabético”, explica José Antonio Saz.
Desde las asociaciones aragonesas de diabéticos, animan a todas las personas afectadas a quejarse sin tregua en sus centros de salud hasta conseguir agujas de mejor calidad y a redactar escritos de protesta.