Aragón, sin dos productos hormonales para transexuales
Debido a un aumento no previsto de la demanda, hasta mediados de enero, los hombres transexuales no podrán volver a comprar Testex. Las mujeres transexuales lo tienen peor: no hay fecha prevista para la vuelta de Meriestra y las alternativas se agotan
Zaragoza
Ellos, hasta mediados de enero, y ellas, sin fecha prevista. Y, mientras, los productos sustitutivos se acaban y los cambios físicos conseguidos desaparecen. Es la estresante situación con la que se están encontrando los hombres y mujeres transexuales de Aragón y del resto de España.
Hay problemas de abastecimiento de Testex y Meriestra y ambos medicamentos son vitales para los tratamientos hormonales de hombres con falta de testosterona, mujeres con falta de estrógenos o personas transexuales. Textex, cuyo principio activo es la testosterona, se receta, entre otros muchos pacientes, a hombres a los que se les ha extirpado los testículos y a hombres transexuales.
"No quiero que los avances disminuyan"
Leo, hombre transexual de 23 años, llevaba ya cinco meses inyectándose Testex cada 21 días y ha tenido que parar y consumir un medicamento mucho más caro. Se inyectaba Testex para cambiar los rasgos de su cara, para conseguir vello facial, para que se le ensanche la espalda y para crecer. No quiere que los avances se esfumen.
Cree, además, que está notando los efectos de haber parado el tratamiento: “durante el periodo que lo tomé, los cambios de humor eran continuos. En un mismo día podía estar muy contento y muy enfadado. Ahora, esos cambios emocionales se han duplicado. Además, si llevas mucho tiempo consumiéndolo y lo paras, puedes tener graves problemas de salud, entre ellos, complicaciones en los huesos”.
Testovis, la alternativa venida de Italia
Testex se vende de dos formas: en ampollas inyectables de 250 miligramos y en ampollas de 100. Según el Ministerio de Sanidad, de las primeras no habrá hasta mediados de enero, y de las segundas, hasta el próximo mes de abril. Hace unos meses, Desma Laboratorio, la empresa autorizada a comercializarlo, informó al Ministerio de que no podía hacer frente a la demanda existente y, en estos momentos, a través del procedimiento de situaciones especiales, el organismo público está comprando a Italia dosis de un medicamento sustitutivo: Testovis.
No es el que consume Leo. Ahora, paga 130 euros cada tres meses por un pinchazo de Reandron, medicamento al que el Estado español retiró la financiación ante las presiones de la multinacional Bayer por el bajo precio al que se comercializaba, “un reflejo de lo que está pasando ahora”, apunta Natalia Aventín, presidenta de Chrysallis, la Asociación de Familias Menores Transexuales. Antes, Leo pagaba menos de cincuenta céntimos por la cápsula de Testex.
"Discontinuación de la producción mundial"
Mucho peor lo tienen las mujeres transexuales. Según informa Novartis, el laboratorio autorizado a vender Meriestra, la situación actual es de “discontinuación de la producción mundial” e informa de que ya no se comercializa en ningún país. En la práctica, esto se traduce en que no hay fecha prevista para la vuelta de estas pastillas y en que, probablemente, nunca la habrá.
En las fichas técnicas, las pastillas de 1 miligramo y 2 miligramos de Meriestra están indicadas para aliviar los síntomas que aparecen después de la menopausia y para mujeres a las que se les han extirpado los ovarios. Contienen estradiol, una hormona que segregan los ovarios antes de la menopausia y que resulta muy eficaz para atenuar los rasgos masculinos y potenciar los femeninos en mujeres transexuales.
Desabastecimiento de las alternativas
En Chrysallis, algunas familias de menores transexuales han notado ya la falta de estos medicamentos, pero Natalia Abentín, la presidenta de la asociación, confirma que, de momento, están capeando el temporal con medicamentos sustitutivos. Denuncia, no obstante, la inseguridad a la que se está exponiendo a las personas transexuales: “volver de nuevo al endocrino, ver si el producto sustitutivo funciona igual de bien, experimentar qué pasa con tu cuerpo cuando está acostumbrado a un tratamiento y ya no lo recibe, perder tiempo en médicos de nuevo… en definitiva, volver a empezar”.
Pero, en estos momentos, lo más preocupante no es la ausencia de Meriestra, sino el desabastecimiento que ya están experimentando los productos sustitutivos recomendados por el propio Ministerio de Sanidad. Son comprimidos, parches y geles con estradiol, entre los que se encuentran los productos Evopad, Estraderm Matrix, Estradot o Progynova.
"Cuando ven que no es rentable, lo retiran"
Para la presidenta de Chrysallis, esta situación no es nueva: ya pasó hace un año con el Reandron, un medicamento inyectable que contiene testosterona y que se creó pensando en los hombres que padecían hipogonadismo masculino (falta de testosterona). En palabras de Natalia Abentín, "el laboratorio español que lo producía vio que ya no era rentable hacerlo solo para hombres transexuales y paralizó la producción". Ahora, quien quiera adquirirlo, como Leo, tiene que traerlo del extranjero a precios muy altos.
“Hay una desprotección evidente”, asegura la presidenta, “las personas que más consumen esos productos no aparecen en las fichas técnicas y la Seguridad Social no los tiene en su cartera. Si la situación fuera al revés, en el momento en que faltase un producto, habría otro inmediatamente”.