Propósitos de año nuevo
El comentario de Beatriz Álvarez
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Palencia
Coincidiendo con la llegada del nuevo año lo normal es que nos carguemos de buenos propósitos a alcanzar en los siguientes doce meses. Los más comunes: dejar de fumar aquel que lo haga, aprender inglés, apuntarnos al gimnasio para luego no ir, adelgazar de aquí al verano y así…. Hasta todo lo que queramos imaginar
Es algo parecido a lo que vivimos en política. Las campañas electorales están siempre llenas de buenos propósitos, de obras faraónicas que se van a realizar, de mejoras en los servicios, en la economía, en los datos del paro, bla, bla, bla Porque en la mayor parte de los casos en eso queda, en propósitos, que como los que nos hacemos nosotros cada año no se cumplen.
En el último año y medio he vivido ya tres campañas electorales, unas locales y autonómicas y las dobles generales que hemos tenido que padecer. En lo que respecta a Palencia que quieren que les diga, la mayor parte de lo prometido es mero espejismo, obras y concursos fallidos, parálisis general de la actividad, parches y reparches y más o menos lo mismo de hace años. Incluso recuerdo que teníamos algún candidato venido de otras tierras, ahora diputado y mucho más y prácticamente desaparecido en combate desde comienzo de la legislatura en Palencia, eso sí.
Pero es que una cosa son los propósitos que nos hacemos a nosotros mismos, que no tienen más consecuencias que la de quedar mal ante nuestra conciencia y otra cosa muy distinta es prometer, comprometerse, ofrecer e ilusionar al personal con mejoras que nunca acaban de llegar, con una mayor calidad de vida y con una batería de propuestas que quedan diluidas en el tiempo.
Menos mal que ahora las hemerotecas nos permiten rescatar todas esas promesas electorales que no terminan de llegar, y no me vale que todavía hay tiempo porque ya llevamos año y medio de mandato y por aquí más o menos todo sigue igual.
El único secreto para lograr cumplir nuestros propósitos es, lo primero, que éstos sean factibles. Si por ejemplo nos hacemos el propósito de ir a la luna pues va a ser un poco difícil, pero para otros menesteres como lo del gimnasio o lo de dejar de fumar sólo hace falta tener ganas de verdad y mucha fuerza de voluntad. Para lo de los políticos es un poco más complicado, porque en la mayoría de los casos, estoy segura, nunca han tenido la intención de cumplir con ellos. Y se lo dice alguien que dejó de fumar hace ya unos años pero que, eso sí, nunca ha logrado lo del inglés.