Una enciclopedia en las calles
Algunas calles y sus históricos trazados son como libros abiertos que nos relatan cómo se fueron asentando nuestros antepasados
Valencia
El estudio de la toponimia del callejero de Valencia es un ejercicio muy didáctico y aconsejable para todos aquellos curiosos y entusiastas, que como yo, disfrutan buceando en la historia urbana de nuestra ciudad. Escoger el nombre de una plaza, calle o “atzucac” del centro histórico y estirar del hilo hasta llegar a la Valencia dieciochesca, la ciudad medieval o la medina árabe, siguiendo el trazado de la vía y la evolución urbana y toponímica del espacio y su entorno a lo largo de los siglos, otorga al estudioso una visión única de cómo ha ido conformándose la ciudad contemporánea.
Pocos rincones existen en la metrópoli valentina que no nos den información acerca de la construcción de la ciudad. Algunas calles y sus históricos trazados son como libros abiertos que nos relatan cómo se fueron asentando nuestros antepasados sobre aquella isla fluvial del Turia y cómo influyeron sobre la retícula actual. Sus nombres, la toponimia urbana histórica, a su vez, nos ayuda a situarnos en el espacio y en el tiempo. Después, viajar entre libros y planos, es gratis.
“CARRER DEL ESPITAL DE LA REINA E DE LA SANC”
Un ejemplo de calle enciclopédica, de esas a partir de las cuales podemos reconstruir la evolución urbana y toponímica de un sector de la ciudad, es la actual calle de la Sangre, otrora del Hospital de la Reina, cobijo de la Casa de la Ciudad e importante vía de tránsito transversal del centro histórico y neurálgico de Valencia.
Efectivamente, tirando del hilo de la calle de la Sangre podemos constatar que lleva este nombre desde 1663 por estar situada en esta calle la Iglesia y Cofradía de la Sangre de Cristo, fundada en 1400, de cuya iglesia todavía se conserva la entrada principal y el acceso a la capilla adjunta que forman parte actualmente del Ayuntamiento de la ciudad. Su antiquísimo trazado ha perdurado inmutable desde tiempos inmemoriales, tal y como se puede comprobar en el plano del Padre Tosca de 1704, debido en gran parte al paso de la acequia de Rovella, que condicionó el levantamiento de la ciudad que sobre ella se fue construyendo.
Sin embargo, el primer nombre que tuvo esta vía fue el de Espital de la Reina, tal y como se recoge en el “Llibre de Aveinaments” de 1507, por existir en esta calle un hospital fundado por la Reina Constanza, viuda de Pedro III de Aragón en 1285. De hecho, dicho establecimiento hospitalario fue incorporado en 1512 al Hospital General fundado por el Padre Jofré, momento que aprovechó la Cofradía de la Santísima Sangre, que no tenían casa para celebrar las juntas, para comprar el edificio y huerto del Hospital de la Reina y erigir allí su iglesia y un mesón y parador para carros, lo que propició que la calle también se conociese como “carrer del Paraor de la Sanch” y “Cofraria de la Sanch”.
Reseñable es también la construcción en parte de los solares del Hospital de la Reina de la “Real Casa de Enseñanza Gratuita de Niñas y Colegio de Educandas” fundada por el Arzobispo Andrés Mayoral en 1758, la entrada a la cual todavía se conserva con el escudo del prelado y el primitivo título de la casa, en la misma fachada recayente a la calle de la Sangre. A esta Casa de Enseñanza se trasladó el Ayuntamiento de Valencia en 1854 por amenazar ruina la antigua Casa de la Ciudad situada junto al Palacio de la Generalitat, teniendo como puerta principal la misma por la que se accedía a las escuelas y sobre las que se dispuso en letras realzadas sobre la fachada del primer piso la palabra AYUNTAMIENTO, que todavía hoy perdura.
La calle de la Sangre, un libro abierto de nuestra ciudad, trazado de la acequia de Rovella y solar donde se ha erigido desde un hospital y una iglesia hasta un parador, unas escuelas y finalmente la Casa de la Ciudad. Calles de nuestra historia.
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